Mi Hermosa Veela y La Melodía Perdida

Más unidos que nunca

—No es verdad ¡No!

Elnath se apresuró en rodear el torso de Eros con sus brazos, tratando de contener su explosión ante la noticia que el auror Potter acababa de darles después de solicitar la reunión inmediata de todos los que fueran Foster y Angelelli, siendo el mellizo de Calíope el único representante de la última familia.

»Calíope... —sollozó antes de romper a llorar entre los brazos del mayor de los gemelos Foster—. No mi hermana también —pidió y el adulto intentó tragar el nudo que acababa de formarse en su garganta al ver a un destrozado Eros caer de rodillas mientras los demás cerraban los ojos para contener sus lágrimas, los menores sin mucho éxito.

Albus, quien se encontraba en la sala de los menesteres junto a ellos, miró con preocupación cómo Aria perdía el brillo que hacía poco había logrado recuperar en sus orbes, su mirada fija en un punto a lo lejos mientras procesaba lo que el señor Harry acababa de decir.

"En altas horas de la noche, la enfermería fue atacada por algo desconocido que generó destrozos. Encontramos a madame Pomfrey en un estado preocupante y a Lysander Scamander inconciente, ambos con restos de magia oscura en sus cuerpos. Recorriendo el lugar... nos dimos cuenta de que había una estudiante faltante: Calíope Angelelli"

La rubia se llevó ambas manos al rostro y sus hombros temblaron, mas las lágrimas no quisieron salir. Su mente perdida en la última de sus pesadillas y en lo poco que había oído en murmullos cuando el libro gris le hubo querido enseñar el futuro con una grave advertencia que hasta ese intante recién entendía qué tan grave era.

—¿Hay alguna pista que les diga dónde podría estar o porqué fue que se la llevaron? —quiso saber Maribel, sus ojos brillando de un dorado amenazante mientras James sostenía su mano derecha.

—Solo encontramos su camilla con vestigios del ataque... —apretó los puños ante la impotencia que aquello le generaba, el no saber nada más que eso. Calíope había desaparecido bajo su vigilancia aquella noche—. Mi departamento se está movilizando y esperamos tener respuestas claras para mañana —los observó con la culpa brillando en sus cansados orbes verdes—. Lamento mucho esto, en verdad... —suspiró y arregló sus gafas, su visión fallándole un poco debido al sueño que le generaba el no haber dormido nada por haber permanecido toda la madrugada investigando los terrenos del castillo en busca de algo que hubiera obviado sin darse cuenta—. Se suponía que teníamos todo bajo control... —gruñó sin saber qué más decir.

Tanto James como Albus miraron a su padre, entendiendo que él se estaba esforzando en encontrar alguna pista que los llevara con Calíope. Ellos lo comprendían, pero temían de las reacciones de los Foster, sobretodo de Eros, puesto que todos se encontraban siendo dominados por sentimientos y emociones muy fuertes.

—Debo ir a buscarla —dijo de pronto Eros, elevando el rostro para dejar a la vista el vacío en ellos, su ceño fruncido mientras intentaba levantarse sin la ayuda de Elnath.

—Eros, eso no está en discusión —se negó Maribel, pero el Veela se apartó por completo de Elnath y dio los primeros pasos hacia la puerta. Al ver que él no se detendría, sacó su varita y la apuntó en su dirección—. ¡Colloshoo!