Sin noticias

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► La Madriguera

[31 de agosto del 2021]

Aquella mañana había sido como todas las que le siguieron a aquel día en el que el clima no se comportó como siempre lo hacía.

Las lluvias torrenciales no habían cesado desde aquella tarde del veinte de agosto y para una familia tan numerosa que contaba con una mediana pero exigente población adolescente, la situación era abrumadora, deprimente y caótica.

— ¡Que alguien haga algo ya! —exigió Elnath, tirado encima del sillón, como si de un muerto se tratara.

— ¿Nos has visto cara de meteorólogos? —cuestionó Fred, puliendo la escoba nueva que nunca llegó a usar.

— Solo está entrando en crisis —comentó Adhara, elevando la vista de sus materiales recién comprados para su tercer año en Hogwarts.

— ¿En serio? —James se abrazó aún más a una Maribel ausente— Pues que lo haga en otro lado.

Elnath se sentó de golpe, frunció el ceño, agarró el almohadón más grande que encontró y se lo lanzó con fuerza a James; con tan buena puntería que le dio de lleno en el rostro.

— No otra vez... —susurró Adhara.

— ¡Nos vemos después! —Fred agarró a su escoba son fuerza y se fue corriendo hacia su habitación.

— ¡A sus puestos! — Lily tomó a Abel y a Adhara de las manos, y los escondió detrás del sillón, siendo seguidos por Hugo.

— ¿Palomitas de maíz? —le ofreció el pelirrojo al menor de los Foster.

— ¡Este no es momento para comer, Hugo! —le reprendió Lily, antes de volver a mirar hacia el frente— Oh no..., James ya se ha separado de Maribel para agarrar su varita...

— Adoro ser mayor de edad... —murmuró el de gafas, antes de lanzar el primer hechizo que llegó a su mente.

Elnath lo esquivó y se refugió detrás de una silla.

Albus bufó desde la chimenea, pero pronto quedó sorprendido por no ver a Maribel interviniendo en la pelea; es más, ella simplemente se había levantado sin siquiera mirarlos para luego encaminarse hasta su habitación.

Entonces se dio cuenta de otro pequeño pero preocupante detalle. 

Aria no se encontraba en la habitación.

Preocupado, el Slytherin se levantó de un salto y esquivó una ráfaga que rozó su rostro. Le echó una última mirada a todos los presentes y desapareció escaleras arriba.

En el segundo piso todo se encontraba en silencio, y no era de extrañar debido a que los adultos se habían ido a una reunión, dejando a cargo a Maribel. Pero ella no estaba cumpliendo con su trabajo y eso solo dejaba a James como su suplente, y teniendo en cuenta que su hermano se encontraba actualmente lanzando hechizos a diestra y siniestra contra Elnath, Albus ya podía imaginarse el desastre en cuestión de minutos.

Pasó cerca del cuarto que Maribel y Lucy compartían, notando la puerta ligeramente abierta y dejando ver a una Maribel sentada en el pequeño descanso junto a la ventana, observando el cielo nocturno que ofrecía la noche estrellada.

Decidió no intervenir en sus pensamientos.

<<Ese era trabajo de James>> —pensó.

Caminó de largo hacia la habitación que Aria y Adhara compartían, pero para su sorpresa su mejor amiga no se encontraba allí.

Cerró la puerta con calma fingida y siguió con su búsqueda por todas partes. 

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora