La última sonrisa

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Capítulo dedicado a -lxnatica🌙 y a Naycem
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Todos estaban en silencio, formando un círculo alrededor de la Veela.

Aria tenía entre sus manos la Cornalita de su madre esperando la señal que siempre llegaba cuando su magia le indicaba que podía usar su nueva habilidad.

El cielo era azul y con pocas nubes que iban de un lado a otro. El sol resplandecía y brindaba calidez, pero no generaba quemaduras gracias a que se encontraban bajo la sombra de un gran árbol.

— Una vez inicie, por favor, no se asusten —pidió, sabiendo que podrían intentar cortar el proceso al ver cómo sus orbes se volvían dorados por completo, sin dejar ni un solo espacio de blanco en ellos—. Estaré bien y no podré hablarles, ni siquiera los escucharé. No escucharán la voz de esa persona, a pesar de que quizá se acerque a ustedes para dedicarle unas cuantas palabras. Solo parecerá que mueve los labios en silencio, pero podrán tocarlo siempre y cuando mi magia no se gaste antes de tiempo. Ahora bien, si llego a conectar su alma por completo con el presente, es probable que puedan hablar con ella. Una vez esté todo listo, seré capaz de volver de escucharlos.

— Ya me estoy asustando —aceptó Albus, mirándola con duda—. No tenía idea de lo difícil que ésto era. ¿Segura de que no habrá problema?

— Estará todo bien, Al —acarició su mejilla y su padre, a su izquierda, alzó una ceja. Aria sonrió y volvió a la postura de antes—. Solo... procuren no tocarme mientras estoy en "trance" ¿Sí?

— Trance... —repitió él, analizando a profundidad aquella palabra—. ¿A qué te refieres con... ?

— Es la señal, nos vemos más tarde —ignoró el hecho de que su novio intentó seguir con su pregunta y presionó la Cornalita con sus manos hasta que ésta dejó de ser sólida para convertirse en una nube de pequeñas partículas de magia.

Bajo la atenta mirada de sus hermanos, padre, novio y hermanos de éste, se puso rígida y, con la mirada perdida en la piedra, sus orbes dejaron el característico verde agua por el dorado brillante. El nuevo color se extendió por sus pupilas hasta salir de éstas y llenar por completo sus ojos.

Un murmullo suave e indescifrable salió de entre sus labios. Hilos de magia azul salieron de sus manos y envolvieron su cuerpo, hasta mezclarse con los destellos que antes habían sido una sólida gema.

— Aria...

— Shh —Maribel tomó del brazo a Albus, llevándose un dedo a los labios—. Ella no puede escucharte y es mejor si no la tocas, ¿Recuerdas?

El de orbes verdes suspiró y ella lo soltó. Se acomodó mejor al lado de su susurrante novia y tuvo el impulso de querer tocar los hilos dorados que fluían y flotaban a su alrededor, pero se contuvo a tiempo.

J'appelle à la mémoire du passécomenzó a decir, con la magia formando una silueta frente a ella— pour que sa voix puisse être entendue à nouveau dans le présent.

Los orbes de Apolo se cristalizaron y su hija mayor se separó un poco de James para poder apoyar una mano en su hombro mientras se recostaba un poco en él. Abel casi ni parpadeó, viendo atentamente a su hermana repitiendo la misma frase una y otra vez; sus orbes verdes agua brillaron y por un leve lapso —y sin que nadie se diera cuenta— se volvieron dorados al mismo tiempo que la piedra rojiza que descansaba en su cuello emitió un leve resplandor.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora