Pensamientos tardíos

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✔ Lugar desconocido

En medio de aquel sombrío y frío lugar, una esfera brillante y cristalina emanaba magia pura. Una capaz de iluminar la gran estancia y los rostros de sus dos posibles captores.

— Tenemos que sacarla de ahí.

— No te atrevas a dar un solo paso, Gleen —sentenció Azura, con mirada seria y firme.

— Podría morir si su consciencia no se aferra a ésta realidad. —su hermana lo observó sin inmutarse— Si ella muere...

La pelirroja dio un paso, logrando que la bruma la rodeara y que sus orbes brillaran de forma amenazante. Glenn retrocedió, apretando los dientes.

— Me fui unos días para analizar nuestro avance..., dejándote a cargo de mi persona sin conciencia real, y te atreviste a amenazarme, justo como intentas hacer ahora.

— Le llenaste la mente de dudas y ella casi...

— ¡Soy tu hermana mayor! —interrumpió— La única que tienes y la única que tendrás en toda tu vida. ¿Cómo pudiste encarcelar a mi cuerpo dentro de una cárcel hecha con tu magia?

— Estuviste a punto de arruinar el plan. —se defendió, bajando la mirada ante el poder asfixiante que rodeaba a Azura— No vi otra salida que encerrar a tu cuerpo. Estabas fuera de sí, clamando venganza y exigiendo lo que tanto quieres.

La pelirroja tomó una gran bocanada de aire, diluyendo la magia que la rodeaba.

— Eso pasa cada vez que abandono mi cuerpo y lo dejo sin razonamiento... —se dio media vuelta, entrecerrando sus ojos en dirección de la gran esfera— Mis más poderosos sentimientos dominan y nublan el poco control que poseo, dejando paso a la locura y la venganza.

— Eso sucede porque la magia oscura tiene mayor influencia en ti.

La de ojos dorados cerró los ojos, apretándolos levemente.

» Perdóname, Azura. —murmuró— Era la única solución.

Su hermana asintió, comprendiendo que la culpa la había tenido ella. Apretó el collar brillante que reemplazaba a su verdadera gema, serenándose por última vez.

— Solo no vuelvas a ser tan tosco con algo que dejé a tu cuidado. —acomodó su túnica— Ahora mismo estoy cansada. Dejemos el tema de mi pérdida de control de lado.

Glenn asintió, pero la curiosidad que lo caracterizaba desde niño, se abrió paso en sus pensamientos. Se mordió la lengua varias veces, pero no pudo sofocar la pregunta que rondaba en su mente.

— ¿Qué fue lo que encontraste?

Azura apretó la mandíbula. Ella se giró, con rostro neutro.

— Algo que creí haber dejado en el pasado. —suspiró— Sigue con vida.

El de ojos verdes agua entreabrió los labios, lleno de sorpresa.

— Pero... han pasado más de mil años.

Azura regresó la vista a la esfera.

— Ese fue el regalo que mi yo sin consciencia le dejó. —se mordió el labio— La magia oscura nubló mi juicio, sentenciando a esa persona a no morir jamás ni envejecer. —observó sus manos— Sufrir por los siglos, y solo por ser como yo...

Glenn detectó rastros de bruma queriendo regresar alrededor de su hermana. Sabía mejor que nadie que cuando ella pensaba mucho en el pasado o en temas delicados, perdía el control en su magia.

— Considero que lo mejor será que no trates de revivir el pasado, o de lo contrario perderás los estribos. —llegó a su lado— Si está con vida no es lo más importante por el momento.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora