Serendipia

314 15 349
                                    

┃-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·)✰☽✰(·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-┃

Capítulo dedicado a Naycem⚡ y a AngelPeverell🍭

┃-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·)✰☽✰(·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-┃

No entendía qué pasaba con él.

En los últimos meses, algo dentro suyo había cambiado. Era como si tuviera una segunda voz que luchaba por salir de su garganta, como si estuviera atrapada en lo más profundo de su alma...

Era cierto que estaba un tanto débil por estarle dando constantemente de su magia al cristal guardián, pero eso no tenía nada que ver con su estado.

En las noches no podía dormir y si lo hacía, despertaba con una capa de sudor cubriendo su rostro y cuello, con la respiración agitada y con el latir de su corazón acelerado, como si hubiera corrido por todo el campo de Hogwarts en vez de haber permanecido durmiendo. Cuando salía de sus clases y se cruzaba con chicas, escalofríos lo obligaban a tomar un camino diferente, como si aquellos días en los que no podía controlar su esencia veela —algo que le había ocasionado ser el blanco de la población femenina— hubieran vuelto para atormentarlo.

Había notado cómo sus compañeras de clases —incluso algunos de los hombres que se sentaban cerca a él— lo observaban de reojo y parecían querer llamar su atención hasta con el más mínimo detalle.

Ya tenía catorce años y sabía perfectamente que su apariencia había —para su mala suerte— madurado y mejorado. Sus ojos se habían vuelto de un verde agua más brillante y su cabellera castaña se había aclarado y puesto un tanto rebelde a la hora de peinarse, teniendo terminaciones medio onduladas, dándole un toque que, según Hugo, volvía aún más locas a las chicas.

—...y por eso es que tienes que venir conmigo a la fiesta sorpresa que mis primos harán en la sala de los menesteres por el cumpleaños de Lily.

—No lo sé, Hugo... —vaciló, sosteniendo con mayor firmeza la caja que tenía entre sus brazos—. Sabes que en mi situación actual, el tener a un gran número de personas cerca a mí, es un peligro.

—Pero no vas a estar solo. Tu hermana y primos estarán ahí, sobretodo yo, que soy tu escudo más recurrente —Abel no pudo evitar dirigirle una mirada incrédula—. Bueno, está bien, quizá te deje un instante solo para ir a hablar con Lyanna... —hizo una corta pausa—. Sin embargo, piensa en que Lily estará muy feliz de verte en la fiesta. Aún no se me olvida lo triste que se veía cuando le explicaste el porqué no podías estar muy cerca de ella. ¿A ti se te olvidó acaso?

¿Cómo podría olvidarlo?

Él llevaba más de un mes sin poder conversar como solía hacerlo con su mejor amiga. Extrañaba el poder compartir asiento en las clases que tenían en común, el hacer las tareas y el estudiar juntos.

Sin embargo, había algo que extrañaba aún más, era su facilidad para devolverle el buen ánimo, así como también el tener su compañía constantemente a su alrededor.

El Hufflepuff aún podía ver la mirada triste y la posterior sonrisa forzada que ella le había dedicado después de que le hubo confesado lo que últimamente le había estado pasando y que lo mejor para eso era el que se dejaran de frecuentar tanto hasta que él hallara la forma de solucionarlo.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora