Las ventanas del alma

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✔Pasillo del cuarto piso
[28 de octubre del 2021]

Acababa de salir de la clase de Herbología, sumamente agotado tanto física como mentalmente. Albus le había dicho que lo vería más tarde, puesto que debía obtener ciertas respuestas importantes de los libros de la biblioteca; pero lo raro era el echo de que su mejor amigo se había ido con dirección a las mazmorras.

Ahora Scorpius caminaba por el pasillo del cuarto piso, en busca de un lugar tranquilo para pensar.

Encontró una ventana sin personas alrededor, por lo que tomó asiento en el espacio libre pegado a ella y dejó que su mente hiciera un repaso del último mes. Fue ahí que se dio cuenta de cierto estudiante de Hufflepuff que le saludaba animadamente y que en una que otra ocasión había entablado conversación con él sobre las clases de Astronomía y Transformaciones. Ese mismo chico le había recomendado el lugar en el que se encontraba sentado en aquellos instantes.

Al parecer sus recuerdos lo llevaron inconscientemente hacia allí.

Sintió pasos lentos aproximándose, y deseó con todas sus fuerzas que no fuera otra chica que venía a pedirle una cita. Porque sí, después de que él y sus mejores amigos habían vuelto del viaje en el tiempo y que se hubiese propagado la noticia de que los tres habían detenido una catástrofe para la realidad, varias chicas lo buscaban, y por lo que sabía, a Albus y Aria les pasaba lo mismo.

Si aquel fuera el caso, esa sería la chica número veinte que rechazaría en el año, sin contar a las otras diez que aparecieron en la segunda mitad de su cuarto año.

Suspiró con resignación, no volteando a ver quien se acercaba a sus espaldas; mantuvo la mirada fija en el paisaje mientras el viento que ingresaba por la ventana desordenaba su platinada cabellera.

Los pasos se detuvieron a pocos centímetros de él, pero a diferencia de las otras veces nadie dijo nada.

Pensó rápidamente: ¿Sería una compañera muy tímida?

— Hola, Scorpius.

El tono de aquella voz lo reconoció al instante, a pesar de no haberlo escuchado durante un mes entero. Su pulso se disparó y su rostro comenzó a quemar. Se giró, con una sonrisa llena de alegría y esperanza, pero ésta se fue borrando al ver el rostro afligido contrario.

— Lyra... ¿Estás bien?

La Slytherin forzó una sonrisa, tomando asiento a su lado. Juntó sus manos y apretó sus ojos, como si tratara de no llorar.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora