Gélido Estío

231 13 197
                                    

┃-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·)✰☽✰(·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-┃

Capítulo dedicado a atenaspdm🍁
(🎉💜¡Feliz cumpleaños!💜🎉)

┃-·-·-·-·-·-·-·-·-·)✰(·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-

Necesitaba saberlo.

Ella realmente ansiaba el tener todas las respuestas a las desgracias que estaban ocurriendo a su alrededor.

En aquel instante, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, miraba al cielo nocturno en busca de ayuda, de una señal que sea capaz de solucionar todo. No importaba que estuviera a la interperie con una extrema temperatura baja a su alrededor, mucho menos que se encontrara descalza sobre el pasto húmedo por las intensas lluvias, absorbiendo todo el frío; no, nada de eso era importante si tenía a sus dos primos llorando amargamente en la sala de la madriguera, no siendo capaces de mantenerse en pie, cubriendo el suelo con sus lamentos y clamores de ayuda.

Era tanta su impotencia. Quería ayudarlos, deseaba calmar el dolor que estaban sintiendo, pero no podía, porque no sabía cómo hacerlo. Era una simple adolescente con problemas para controlar su propia esencia, ¿Cómo podría ella ayudar a los mellizos?.

Se sentía tan inútil.

Algo en su interior le indicaba que ella tenía cierta culpa, aunque ignoraba cuanta era realmente. Quería gritar, sacar su varita, aparecerse en Francia y encarar a los que se atrevieron a dañar a su familia, pero no podía; ella no era capaz de hacer algo y ello le generaba una punzada en el pecho.

Era una simple chica que en aquellos instantes deseaba tener a su madre con ella para que supiera guiarla.

—Debo hacer algo —sollozó mientras el vaho acompañaba sus palabras.

Había salido corriendo de la casa en cuanto no pudo soportar más tanto dolor siendo profesado por Eros y Calíope, había necesitado el huir de allí antes de ahogarse aún más y por eso también se sentía culpable, por dejarlos cuando más necesitaban de apoyo.

Su piel estaba helada y el rubor natural de sus mejillas estaba desapareciendo. Sus cabellos se movían al compás de los vientos y solo aquella manta era capaz de proporcionarle algo de calor; lloraba en silencio y vagaba sin rumbo, adentrándose entre los pastizales que escondían luciérnagas y grillos, arrastrando los pies con el collar de Astoria como única compañía.

Así se mantuvo por varios minutos, sabiendo perfectamente que Albus la estaba buscando. Podía sentirlo en el aire, en su corazón; era una sensación que había nacido desde que lo había aceptado por completo, como un enorme hilo invisible y luminoso que los conectaba desde sus corazones, pero no podía ir con él ahora, ella debía soportar su soledad necesariamente, para ser capaz de ver los rostros de sus primos una vez más.

Sabía que las veelas tenían una fuerte conexión con la naturaleza y con la vida en sí, era por eso que mantenían un profundo sentimiento de apego a sus familiares. Eran protectoras por naturaleza y no dudaban en hacer lo que fuera con tal de mantener estables a sus seres queridos.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora