Inicios preocupantes

959 45 251
                                    

* La Madriguera
[20 de agosto del 2021]

Los cálidos rayos del sol dieron de lleno en el joven rostro de la chica de rubios cabellos, despertándola de un largo sueño cuyo importante significado aún ignoraba.

Se sentó con un bostezo en el borde de la cama, y observó cómo una pequeña cabellera castaña se removió en la cama de al lado. Sonrió levemente y se levantó de un salto, estirándose para desperezarse por completo.

A continuación, caminó hasta su compañera de habitación y tocó su hombro con cuidado.

— Adhara. Adhara, despierta. —murmuró, logrando que su prima de doce años recién cumplidos se sentara de golpe— Buenos días.

— Buenos días, Aria. —soltó un bostezo— ¿Es hoy, verdad?

La rubia asintió con una sonrisa, antes de dirigirse al baño para cambiarse y asearse.

» Elnath lleva toda la semana presumiendo su nueva escoba. —elevó la voz para que su prima la escuchara— ''Soy invencible'', ''Soy el mejor'' —imitó con burla— Espero que James le dé una lección.

— Hablas como mi hermana. —hizo una pausa— ¿Has estado pasando mucho tiempo con ella últimamente, no es así?

Adhara rió.

— Un poco, sí. —aceptó— Pero mi hermanito se lo buscó por comerse mi helado de vainilla con chispas de chocolate.

— El postre que guardaste por cuatro días...

— ¡Ese iba a ser el mejor helado que hubiese probado! —se lamentó, terminando de cambiarse— Pero no, Elnath tenía que comérselo.

Aria soltó una risita antes de salir completamente cambiada.

» Aún me pregunto cómo haces eso...

— ¿Qué cosa? —preguntó con extrañeza.

— Cambiarte tan rápido —le explicó.

— Cuando tienes una hermana como Maribel, tienes que ser rápida en todo lo que haces.

Adhara terminó de ponerse el suéter de la abuela Molly y caminó hasta la puerta.

— La próxima vez le diré que me entrene. —ambas comenzaron a caminar por el pasillo, con rumbo a las escaleras— ¿Sabes cuánto tiempo me voy a ahorrar en las mañanas de Hogwarts?

Bajaron entre risas y se detuvieron en la entrada de la cocina. Desde allí todo tipo de olores exquisitos se dejaban oler con deleite.

— Buenos días, chicas —saludó la madre de Fred, Angelina, mientras salía con dos bandejas llenas de tostadas francesas en dirección al comedor.

— Buenos días, Angie —saludaron al mismo tiempo.

Aria se inclinó sobre la entrada y observó cómo la abuela Molly con ayuda de su varita, preparaba diferentes jugos y horneaba galletas.

— ¿Puedo ayudarte en algo, abuela Molly?

La matriarca de los Weasley se giró ante su voz, esbozando una de sus características cálidas sonrisas.

— Oh, gracias querida. Pero ya he terminado con todos los preparativos. —elevó la séptima jarra que guardaba en su interior jugo de fresa y lo colocó sobre una charola— Solo me queda llevar todo esto a la mesa. Angelina acaba de llevar las tostadas...

— Entonces permíteme a mí, tu fiel servidor, llevar esa pesada charola con tarta de melaza.

James acababa de aparecer en la entrada de la cocina, con el cabello despeinado y con el suéter que su abuela le había dado en Navidad.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora