Estrella fugaz 2/2

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Capítulo dedicado a Naycem
(Alhena💜)

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—No puedo creer que lo hayas hecho.

Él sonrió mostrando su perfecta dentadura blanca; ella bufó antes de pasar el trozo de algodón con alcohol sobre su labio, logrando que se quejara inmediatamente.

—¿No puedes simplemente usar tu magia de curación? —se quejó, apretando los dientes, logrando así que el algodón chocara con su mejilla y no con la herida en su labio inferior—. Me estás matando.

La de orbes verdes rodó los ojos ante su exageración.

—Es para que aprendas a no volver a subirte a una mesa y saltar desde allí diciendo: "Puedo volar" —recalcó haciendo comillas con sus dedos.

—Estaba ebrio...

—Una cosa más por la que debería de dejarte solo con tu labio partido —se cruzó de brazos, desviando la mirada.

—No puedes hacer eso —tomó su cintura con delicadeza y la atrajo hacia él, sonriendo dulcemente mientras elevaba su mano derecha para apartar un rojizo mechón del bello rostro frente a sus ojos—. Me amas tanto que te es imposible hacer tal maldad.

—No retes a mi amor, James —se soltó al poner una de sus manos en el hombro contrario—. Es increíble que te embriagaras e hicieras un espectáculo —hizo una pausa—. Menos mal solo un pequeño grupo te prestó atención —entrecerró los ojos en su dirección—. Agradece a Merlín que Lily no te vio.

—No fue culpa mía. —Ella lo observó con incredulidad—. Yo solo quería que mi linda novia tuviera su bebida favorita; ¿Cómo iba a saber que esos chicos le habían puesto una poción a los vasos?

Se miraron fijamente y, después de varios de varios segundos en aquella posición, James tomó su mano izquierda y besó el dedo en el que el bello anillo de compromiso brillaba bajo la luz de la gran sala.

»Perdóname, amor —pidió, entrelazando sus dedos con calma, posando su otra mano en su cintura para lograr sentarla en su regazo—. No fue mi intención hacerte pasar un mal momento —elevo la mano que reposaba en la cintura contraria hasta posarla en su mejilla—. Sé que si hubiera esperado a estar a tu lado... habrías detectado la poción en las bebidas por el aroma, porque eres la mejor en ese rubro —sus nudillos cariciaron la suave y cálida piel—. Soy un idiota.

—Lo eres —le dio la razón y sonrió levemente al verlo elevar una de sus cejas.

—Entonces..., ignorando el echo de que no hubieras negado lo último —fingió indignación y ella le dio un pequeño golpe en el hombro que logró que su sonrisa se intensificara—, ¿Me perdonarás, ma belle reine?

Maribel fingió pensarlo detenidamente, para luego tomar el rostro de su novio entre sus manos antes de besarlo suavemente.

Automáticamente James intensificó el agarre en su cintura mientras apartaba un poco del largo cabello con la mano en su mejilla, disfrutando de la perfecta sensación que siempre llegaba a él cada vez que besaba a Maribel.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora