3. Alguien Malo

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Él es un estafador,
no es bueno en lo absoluto.
Él es un perdedor,
es un pobre chico.

Él miente, fanfarronea,
no es confiable.
Él es un tonto con un arma.

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Entonar sin errores las notas de Sublime Gracia en el saxofón de pronto se volvió un trabajo imposible para Taehyung, aun cuando había tocado ese himno al menos unas cien veces en toda su vida; y la culpa recaía en el nombre del menor de los Jeon. El chico mantuvo su mirada sobre él durante todo el culto, incluso cuando el pastor empezó a predicar, incluso cuando se dio la despedida y cuando todos empezaron a abandonar el lugar.


Nunca le había molestado el hecho de que el grupo de alabanza se sentara en un espacio especial a un lado del escenario, normalmente los hermanos de la iglesia apenas les prestaban atención una vez que dejaban los instrumentos. Pero con Jungkook era diferente, pues este parecía querer hacer todo lo posible para incomodarlo, y lo estaba logrando.

Taehyung guardó su saxofón en su estuche y lo dejó en el lugar de siempre. El instrumento le pertenecía a la iglesia, por lo que no podía llevarlo consigo. Bajó del escenario y saludó a algunos hermanos que se acercaron a él.

—Joven Kim, tan guapo y talentoso como siempre —le halagó la Sra. Go, iba acompañada de su amiga, la Sra. Jun—. No has pasado por el local últimamente, Misuk y yo te hemos extrañado.

Taehyung sonrió e hizo dos inclinaciones para saludar a las mujeres. La Sra. Go era dueña de una pequeña donería en el centro del poblado, él solía ir con sus amigos una vez a la semana para atiborrarse de donas con glaseados de colores. O al menos esa era la excusa oficial, la realidad era que iban porque Namjoon tenía un flechazo con la nieta de la mujer. Desgraciadamente, parecía que ninguna lo notaba, por lo que la Sra. Go aprovechaba cada oportunidad para hacerle a él insinuaciones de que saliera con la joven.

—No he tenido tiempo esta semana, pero mañana le diré a mis amigos que pasemos un momento por ahí —aceptó amablemente. Unas cuantas donas no le harían daño.

—Misuk se alegrará —dijo la señora. Taehyung ya sabía por donde iba su plática—. Deberías invitarla a salir uno de estos días, ustedes se verían muy bien juntos, ¿no lo crees Suji?

La segunda mujer sonrió.

—Creo que Taehyung es el yerno soñado de todo el poblado —aseguró dándole un rápido apretón al brazo del muchacho—. Aún recuerdo como alardeaban los Jung cuando salías con su hija. Nunca nos dijeron por qué terminaron, ¿pasó algo malo entre ustedes?

Taehyung volvió a sonreír, se rascó la cabeza con algo de incomodidad. Ese tema le gustaba aún menos.

—Claro que no —aseguró—. Wheein es una chica estupenda, solo... creo que funcionamos mejor como amigos.

Las señoras le miraron con una sonrisa, pero él podía ver en sus ojos las ansias de información.

—Eso pasa a veces —empezó la Sra. Go —. Pero creo que la hija de los Jung era un poco demasiado atrevida para ti, la otra tarde la vi usando unos pantaloncillos tan cortos que parecían ropa interior. No sé por qué su madre no le dice nada.

Taehyung quería cortar esa conversación, odiaba cuando las señoras empezaban a criticar a los demás, y odiaba más cuando la persona de la que hablaban era alguien querido para él. Wheein habría sido una compañera de vida perfecta, ella no tenía la culpa.

Si tan solo no estuviera enfermo, si tan solo pudiera amarla como ella parecía hacerlo, tal vez así ella no tendría que estar en la boca del pueblo.

—...por eso siempre le digo a mi Mi-suk que no utilice ropa tan pegada, el pueblo pensará que busca llamar la atención, los chicos podrían aprovecharse de ella, y ella no podría quejarse.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora