40. A la Fuga

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Escapé al jardín para verte.
Nos mantenemos callados,
porque estamos muertos
si ellos se enteran.
Así que, cierra tus ojos.
Huyamos de esta ciudad,
aunque sea por un rato.

Romeo, sálvame.
Ellos tratan de decirme
qué debo sentir.
Este amor es difícil,
pero es real.
No tengas miedo.
Saldremos de este problema.
Es una historia de amor,
Bebé, solo dí "sí".

●●●●

Ese martes fue complicado, Jungkook apenas si pudo prestar atención a las clases, su mente estaba muy lejos de ahí. Su padre le había dicho que esa tarde llevaría a Misuk a su casa, e intentaría hablar con los padres de esta, tratar de convencerles. Le dijo que después de estar en esa posición antes, tal vez lograría empatizar con los sentimientos con los que sus padres luchaban ahora. Jungkook no creía que las cosas terminarían bien. 

En el receso trató de buscar a Taehyung, pero no vio rastro de él, quería preguntarle sobre las paredes, las cuales amanecieron tan blancas como sus uniformes. Él podía inferir que el chico tuvo que ver, pero no entendía por qué no le había hablado de su plan. 

No podía acercarse a su curso, porque sabía que eso solo traería problemas y especulaciones. Tampoco podía llamarlo por teléfono, porque aún no lograba recuperar el suyo. Sus opciones eran escasas. A la salida decidió quedarse cerca de la puerta, y pudo ver como la Sra. Kim entraba a buscarlo y salía de la institución arrastrándolo por el brazo.

Llegó a su casa desesperanzado, y su ánimo decayó aún más al ver a Misuk llorando en el sillón de su sala con una maleta en el suelo. Su tía estaba a su lado con una taza de algo caliente. La muchacha parecía estar teniendo una crisis. Su padre estaba parado a lado de ambas, su mirada fue hacia él en cuanto cruzó la puerta. 

Enseguida, el hombre se acercó a donde estaba.

—¿Qué sucedió? —preguntó Jungkook, sabiendo que no era nada bueno.

El adulto se llevó una de sus manos a la frente y masajeó sus sienes. 

—Su padre no quiso escuchar —explicó—. Su madre ni siquiera nos dejó entrar a la casa, lanzó un poco de ropa por la ventana, y luego una maleta. 

—¿Qué? —Jungkook podía no ser un fan de la chica, pero no le alegraba en lo absoluto el saber que sus propios padres le habían tratado tan mal. 

—Las cosas están complicadas, Jungkook —dijo su padre—. Estuvimos buscando opciones, Misuk tiene una tía en Cheongju, la llamamos y le hicimos saber la situación. Ella dijo que Misuk puede ir a vivir con ella, pero tendrá que dejar la escuela.

Jungkook se sintió realmente mal en ese momento. Antes había pensado que la chica merecía experimentar un poco de lo que él estuvo viviendo, que merecía obtener el castigo por sus acciones. Ahora solo podía pensar en lo equivocado que estaba y en lo egoísta que había sido su pensar. Ella no merecía eso, ambos eran muy similares, solo jóvenes tontos que habían tomado malas desiciones y que habían cometido el terrible pecado de amar a alguien más. Solo eso. 

En ese momento en serio sintió compasión por Misuk.

Él nunca fue echado de su casa, nunca fue negado por su padre. Se sintió solo, sí, pero aún en esos momentos el hombre siguió cuidando de él, siguió proveyéndole de un techo, de comida. Era lo menos que un padre podía hacer, claro, pero Misuk no tenía ni siquiera eso. 

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora