11. ¿La Verdad?

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Nunca aprendemos. 
Hemos estado aquí antes.
¿Por qué estamos
siempre atascados y
corriendode las balas?

Detén tu llanto,
es la señal de los tiempos.
Tenemos que salir de aquí.
Detén tu llanto, cariño,
todo estará bien.

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El lunes Taehyung desapareció del radar de Jungkook. Bueno, no literalmente. El chico estaba ahí, había asistido a clases, pero Jungkook pudo notar, desde su asiento de atrás, como no prestó atención a ninguna. Estuvo muy ocupado jugando con uno de sus lápices, con la mirada perdida en alguna parte. Él trató de buscarlo en el receso, pero el chico desapareció sin dejar rastros en cuanto cruzó la puerta de salida del aula. En momentos como ese Jungkook odiaba sentarse en la última fila. 

Como era lunes, decidió buscarlo en la máquina de bocadillos, pero grande fue su sorpresa al llegar al lugar y encontrar una gran ronda de personas a su alrededor, festejando de un poco de libertad de la dictadura del pelinegro.

Buscó al chico también en la salida, pero el auto de su padre le impidió perseguirlo fuera del colegio. ¿Lo estaba ignorando? Es decir, ya había pasado otras veces, cuando el chico  había estado demasiado ocupado entre tareas para dejarse encontrar, o cuando era llamado a ayudar al director con algún asunto, pero desde que eran más cercanos solían verse seguido en los recesos y a la salida. Algo andaba mal.

Al final del día, él subió al auto de su padre con el entrecejo arrugado y la mirada perdida. El hombre preguntó por su estado, pero el chico no hizo más que negar y callar durante todo el trayecto. Tenía miedo de que Tae estuviera evitándolo a propósito, de que las hojas que le dejó tal vez fueran demasiado para él. Tenía miedo de perderlo. Suspiró y decidió que le escribiría luego.

 Suspiró y decidió que le escribiría luego

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Taehyung estaba teniendo una crisis.


Caminaba de un extremo al otro de su cuarto, mientras mordía los nudillos de su mano izquierda. Los papeles que Jungkook le había entregado reposaban esparcidos por toda su cama. Cuando por fin se detuvo frente a ellos, los miró con preocupación. Esos papeles y las palabras en ellos estuvieron dando vueltas en su cabeza todo el día, y toda la noche anterior, a decir verdad. La noche del domingo se había quedado en vela para terminar con su lectura, y una vez acabadas las treinta y cuatro páginas, no pudo dormir por todo lo que su cerebro empezaba a procesar.

El ensayo abarcaba una gran cantidad de puntos, desde un resumen completo enfocado en mostrar información relevante sobre la historia de la homosexualidad, hasta una lista de algunas figuras influyentes, del pasado y presente que pertenecen de alguna forma al colectivo LGTBI+. 

El chico intercaló la mirada entre las hojas que dormían en su cama, y su biblia abierta sobre su escritorio. Él incluso tuvo que realizar una investigación sobre sus propias creencias, porque al parecer sus bases eran tan débiles, y la única razón por la que su sistema de creencias no había sido derrumbado antes, era porque hasta ese momento no se había presentado un viento lo suficientemente fuerte como para hacer temblar sus paredes. 

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora