Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)

18. Buen Amigo

Los amigos duermen
en camas separadas,
los amigos no se tratan
como tú me tratas.

Bien, sé que hay un
límite para todo,
pero mis amigos
no me amarán
como tú me amas.

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Habían pasado dos semanas desde la última crisis de ansiedad de Jungkook. Él y Taehyung habían hecho las paces. El muchacho estaba relativamente bien, la tristeza y el vacío inmenso parecían haberse escondido y no tener pensado salir de las profundidades de su abismo interior por un rato.

En el pueblo había empezado a nevar, el clima estaba tan helado como los corazones de la mayoría de los habitantes del lugar. En el colegio empezaron a usar los uniformes de invierno, y los alumnos llegaban con grandes bufandas y calentadores de orejas. Gracias al director, se habían instalado calefactores en cada curso, por lo que dentro los chicos estaban tranquilos, aunque una vez que salían el problema volvía a aparecer.

Jungkook solo quería meter su cabeza en una gran jarra de café caliente, iba a pedirle a Taehyung que lo invitara a su casa a tomar uno, mientras él tomaba un té y ambos acompañaban a su abuela a ver algún drama. O quizás, si tenía la valentía de proponérselo, podrían acurrucarse juntos en la cama del chico como semanas atrás.

Jungkook sonrió ante el recuerdo de esa noche. Ambos se habían quedado dormidos después del llanto, al parecer la abuela de Taehyung subió a llamarlos horas más tarde, pero al verlos dormir decidió no llamarlos. Ambos despertaron en medio de la madrugada, con hambre y mucho frio, así que bajaron a buscar comida. Taehyung hizo algunos chistes sobre parecer ladrones en la noche, y Jungkook se rio con ganas de cada uno ellos, tanto que Tae tuyo que taparle la boca con sus manos en dos ocasiones.

Esa noche comieron en la pequeña saliente fuera de la ventana de la habitación de Taehyung con dos mantas abrigándolos y muchas estrellas. Y a la mañana siguiente ambos despertaron abrazados, Jungkook recordaba haber pasado una mano por el rostro del chico, sin que este rechistara. Ambos se miraron por tanto tiempo que él llegó a pensar que algo más pasaría, pero entonces la abuela llegó a levantarlos y tuvieron que ir a clases.

Salió de su curso mientras se ubicaba su bufanda negra, sintiendo el cambio de clima de golpe, pero no le importó, porque vio que Taehyung lo estaba esperando.

—¿Vamos a mi casa? —le preguntó este acercándose a arreglarle la bufanda, con una sonrisa.

Jungkook asintió, y extendió su mano para quitar algo de nieve del cabello del chico.

—Vamos.

Caminaron por las calles con tranquilidad. La gente seguía viéndolo con miradas de juicio, pero a él no le importaba. Pasaban por el supermercado, cuando sintió a Taehyung tomarlo por la muñeca, haciéndole parar.

—Espera, creo... —sonrió—. ¿Y si compramos chocolate? En casa hay leche, podemos hacer chocolate caliente. Es bueno en este frío, ¿qué dices?

Jungkook sonrió también, se sentía como una conversación muy íntima y familiar, la clase de cosas que dices un sábado mientras sales de compras con tu esposo. Sintió un cosquilleo en su estómago.

—Lo que quieras, cariño —contestó, riéndose.

Taehyung le dio un suave golpe en el hombro.

—Muy gracioso, vamos.

Entraron al supermercado, era un jueves, por lo que Yongsun no se encontraba en la caja. No había mucha gente, en realidad, el lugar estaba casi vacío. Jungkook sintió que el clima no cambiaba mucho, aunque adentro no había tanto viento. Taehyung lo arrastró por los pasillos, hasta llegar al chocolate en polvo, eligió un envase y se giró para volver a la caja. Entonces Jungkook lo detuvo un momento, girándolo para ponerlo frente a él.