24. Nochebuena y Buenas Noches

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Ya he pasado por aquí antes,
me enamoré la noche de Navidad,
pero el día de año nuevo, me desperté
y tú no estabas a mi lado.

Santa, dime, si de verdad estás ahí,
no hagas que me enamore otra vez
si no va a estar aquí el año que viene.
Santa, dime si su interés es real,
porque no puedo darlo todo
si no va a estar aquí el año que viene.

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Era un veinticuatro de diciembre, los copos de nieve caían con parsimonia mientras Taehyung realizaba su camino hacia la iglesia. El día veintitrés estuvo realmente ocupado limpiando los pisos de la capilla y adornando todo para el programa de esa noche. Solo habían sido el pastor, su hija, el Sr. Shim, dos hermanos de la iglesia, y él; por lo que el trabajo les había tomado toda la tarde.

El día anterior le había dejado a Jungkook unos cuantos mensajes preguntándole si podía ir a visitarlo en cuanto acabara con todo, pero el chico le dijo que su padre le había sacado a realizar unas compras de último minuto, por lo que ese día no pudieron verse.

Eran las dos de la tarde y Taehyung ya estaba esperando al resto del grupo de alabanza frente a la puerta de su iglesia. Su horario para ese día era sencillo: ensayarían de dos a cuatro, de cuatro a seis iría a su casa a prepararse, de seis a siete bajaría a la iglesia y esperaría a que se llenara el lugar, y de siete a nueve se realizaba el programa. A las nueve al fin podría descansar, pues debía levantarse temprano la siguiente mañana y viajar con su abuela, como todos los veinticinco de diciembre, a casa de sus padres.

Y hablando sobre sus padres, él aún tenía que envolver algunos de los regalos que debían llevar hasta Daegu.

Ya había puesto los regalos de él y su abuela bajo el árbol, mas aún debía arreglar los otros que habían comprado. Solo envolvió los primeros para evitar los curiosos ojos de su abuela, y esta los de él, aunque de todas maneras ambos ya sabían qué había detrás de esos papeles tan brillosos. Su abuela le había conseguido un hermoso guardacañas para su saxofón, forrado en algo parecido al cuero rojo, y con su nombre grabado en letras doradas y elegantes. Él, por otra parte, le había comprado un sombrero muy lindo con una cinta con flores en colores pastel, además de un libro de su autora favorita.

Ambos hacían su esfuerzo para no dejar que el otro descubriera el regalo, pero ambos eran realmente curiosos y terminaban por conseguir las respuestas.

Entre los regalos que debían envolver, estaban los de sus familiares, y unos cuantos para amigos. Su abuela tenía tres, uno para una de sus amigas de la iglesia, y los otros dos para la Sra. Jeon y el Sr. Shim, sus compañeros de almuerzo de todos los domingos. Taehyung también tenía tres, unos libros para Namjoon, un par de zapatos personalizados por él mismo para Hobi, y un mini parlante portátil para Jungkook.

Este último era dos regalos en realidad, el parlante no era lo que quería obsequiarle, pero le pareció lo correcto entregarle algo en que reproducir la lista de canciones que había guardado en una memoria para él. Veintiocho canciones en total, algunas de jazz, algunas de pop, siete canciones de musicales, tres de óperas, había un poco de todo, y todas estaban dedicadas a él, aunque Tae no estaba seguro de decirle esta última parte. El plan era que escuchase las canciones mientras él estaba de viaje en casa de sus padres, y tal vez para el momento en que volviera, él esperaba, fuese capaz de ordenar sus sentimientos y enfrentarlo.

En los meses que llevaba conociendo al chico se había dado cuenta de su amor por la música, por los ritmos, las melodías, las letras y el sentimiento que generaba el reproducirlos. También debía admitir que se había enamorado de su voz, y eso teniendo en cuenta que el chico no solía cantar por las buenas, a veces solo le escuchaba tararear una melodía mientras estudiaban, o susurrar la letra de una canción mientras caminaban por las calles. La música era algo que vivía en él, y esperaba que ese regalo pudiera mostrarle un poco de sus propios sentimientos, antes de que tuviera el valor de decidir si debía confesarlos.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora