42. Parada de Descanso

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¿Qué pasa si escapamos?
¿Qué pasa si decimos adiós
a estar sanos y salvos?
¿Qué pasa si nos volvemos
difíciles de encontrar?
¿Qué pasa si decidimos
perder la cabeza?

Mi juventud es tuya.
Tropezando con los cielos,
sorbiendo cataratas.
Mi juventud es tuya,
desbocada ahora
y para siempre.
Mi juventud es tuya,
una verdad tan ruidosa
que no puedes ignorar.
Mi juventud...
mi juventud es tuya.

●●●●

—¡¿Cómo pudiste hacer algo asi?! —gritó el hombre—. ¡¿Qué carajos pasaba por tu cabeza?!

Taehyung se mantuvo callado durante todo el regaño. Su tío estaba acompañado por su esposa, y un policía de traje café. Estaban en el estacionamiento del hostal, mientras el dueño del lugar observaba la conversación unos metros atrás, con las llaves de la puerta del espacio en sus manos. 

—Tu madre está muy enojada —le recordó su tía—. Pensó que habías escapado a Seúl, lo que no vuelve esta situación mejor. ¿No entiendes que pudiste provocarle algo malo por la preocupación? Si tu abuela no hubiese llamado ayer para decir que tú la habías sacado del asilo, ella misma habría viajado a Seúl a recogerte.

—¿Por qué te empeñas en dañar tanto a tu madre, Taehyung? —preguntó entonces el hombre con algo más de suavidad. El chico mantuvo sus ojos en sus zapatos—. Ella solo quiere lo mejor para ti, ninguna madre quiere que sus hijos salgan heridos. 

Taehyung no contestó, solo tragó saliva, intentando no terminar llorando y airando los trapos sucios de la mujer ahí con ellos. No tanto porque se sintiera mal por ella, sino porque sentía vergüenza de la posición en la que sus decisiones le habían puesto en el pasado.

—Sé de la pelea que tuviste con ella —siguió el hombre, captando la atención del muchacho—. Estaba con tu padre cuando ella llamó, y escuchamos todo. ¿Esto es de nuevo por ese chico? ¿Por eso huyes de tu madre? ¿Solo porque ella te aleja de él? ¿No entiendes que está protegiéndote?

—Espera, ¿qué? —detuvo de repente la conversación la mujer, mirando a su esposo, para luego mirar al menor con una expresión de horror—. ¿Volviste con ese chico?

Taehyung suspiró, y llevó su mirada hacia un lado, podía ver el inicio de las escaleras que llevaban a la habitación donde sus amigos se encontraban. En donde él se encontraba. No había contado la historia real sobre su llegada a Daegu. En cuanto sus tíos aparecieron en ese hostal, él había bajado las escaleras hasta el estacionamiento para encontrarlos, y mentido sobre haber tomado un autobús en la madrugada del jueves para visitar a su abuela, todo por culpa de un momento de crisis.

La verdad, él no sentía que hubiese mentido tanto, la hora, el destino, y la crisis eran reales. Obvió el hecho de quien había sido su acompañante, e incluso la presencia de sus otros amigos, pero lo que era relevante para los adultos estaba ahí.

Un resoplido de su tía le hizo reaccionar, volviendo su mirada a ella.

—Recuerdo bien cuando la abuela y tú vinieron a pedir ayuda porque ese matón del colegio te estaba coqueteando —le dijo, con una expresión ofendida—, y tu madre nos contó lo que ese hombre del club te hizo. Cariño, pensé que habías aprendido la lección. Pensé que ese centro de conversión al que fuiste te había hecho cambiar de opinión, ver tu error. ¡Jesús! ¡Es que no puedes ser tan tonto, Taehyung! ¡Estás mal, todo lo que eres está mal! ¡Debes entenderlo!

—Y debes disculparte con tu madre —reafirmó el hombre—. Está devastada, no te imaginas el susto que le has dado. Tal vez no lo entiendes ahora, pero cuando seas padre lo harás... Claro, pero para eso necesitas dejar esas horrorosas ideas sobre estar con hombres, porque si es así nunca podrás tener una familia.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora