12. Fiesta y Retos

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Pero veo tus ojos
mientras ella pasa.
Veo la alegría
en tus ojos heridos,
más brillantes que el cielo azul.

Ella te tiene hipnotizado,
mientras yo muero.
Ella te gusta más,
desearía ser Heather.

●●●●

—Debes ganar el juego si deseas un pedazo de pastel —le explicó Jungkook a la chica rubia que se había detenido frente a su mesa de exposición. No parecía estudiante, y tampoco recordaba haberla visto antes por ahí, así que de seguro era familiar o amiga de algún alumno.

—¿Y si no gano tendré algún premio de consuelo? —preguntó la muchacha con una sonrisa coqueta, mientras se inclinaba sobre la mesa.

—No, creo que no —contestó el chico, usando toda su fuerza de voluntad para no reír ante las insinuaciones de la joven.

—Te propongo algo —siguió la chica, pasando despreocupadamente sus dedos por su barbilla y rozando sus propios labios—, si gano dejaré que conserves el pastel, y a cambio te invitaré uno en cuanto termines con esto, es ganar o ganar, ¿qué dices?

Jungkook sonrió, por un momento pensó en decirle a la chica alguna frase ingeniosa que revelase sus verdaderas inclinaciones, pero por alguna razón, no quería hacer nada que pusiera en peligro su salida de esa noche, así que prefirió seguirle el juego.

—¿Crees poder ganar? —preguntó, apoyándose con ambas manos en la mesa e inclinándose hacia ella—. Si ganas, aceptaré la cita y dejaré que te lleves el pastel.

Ella sonrió.

—Trato hecho.

La chica avanzó hasta la parte trasera de la pequeña tienda en la que Taehyung se encontraba atendiendo a una señora. El chico se encontraba desamarrando una venda de los ojos de la misma.

—¿Puedo intentarlo? —preguntó la rubia, sonriendo hacia el chico de lindos cabellos negros.

Jungkook se giró para ver la escena, cruzó sus brazos y apoyó su cadera en la mesa que usaba para mostrar los pasteles. Taehyung no lo miró, le dio una amplia sonrisa a la chica.

—Claro, ella ya terminó —respondió, haciendo una leve reverencia a la señora frente a él, y despidiéndola en el acto.

—¿Vas a vendarme? —inquirió la joven, algo divertida.

—Es necesario si quieres jugar —le explicó el chico, encogiéndose de hombros.

—Bien, puedes hacerlo, me gusta la idea —dijo ella, antes de subir sus manos por los hombros de Tae y cruzarlas detrás de su cuello—. ¿Puedo apoyarme en ti?, es que me mareo cuando cierro los ojos.

Jungkook ya no podía seguir sonriendo, los encantos de la chica no tenían ningún efecto sobre él, pero obviamente con Taehyung sería diferente. A él le gustaban las chicas.

—Eh, sí, eso creo —respondió Taehyung, con la voz nerviosa.

La rubia cerró los ojos y esperó a que él amarrara la venda en su cabeza.

—Si te mareas mucho tal vez no seas muy buena en este juego, ¿sabes lo que hay que hacer?

—No, ¿me enseñas?

Taehyung terminó de atar el pañuelo y se separó de la chica, para tomarla por los hombros y girarla.

—Como viste, cuando llegaste frente a ti hay una cartulina con el dibujo de un helado con una cereza encima, el espacio de la cereza está cortado, debes conseguir meter esta pelota que voy a darte por ese hueco. Tienes tres intentos.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora