25. Augurio

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Ellos dicen que es lo que haces,
yo digo que es cosa del destino.
Está tejido en mi alma,
necesito dejarte ir.
Tus ojos brillan tan fuerte,
quiero conservar esa luz.
No puedo escapar de esto ahora,
al menos que me enseñes cómo.

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Taehyung llevaba apenas seis días en casa de sus padres, y cada noche oraba agradeciendo al Señor el que estos hubieran decidido enviarlo a vivir con su abuela desde que era un niño, porque en menos de una semana se había dado cuenta de que la vida con ellos sería realmente agotadora.

Las cosas empezaron mal desde el momento cero, sus padres le cuestionaron sobre su cabello desde el instante en que sus ojos lo vieron salir del taxi que los dejó en la acera frente al portón.

—¿Quién te hizo esa maldad? —preguntó su madre, acercándose a él y tocando su cabello ahora claro—. Mamá, ¿cómo pudiste dejar que se hiciera esto en el cabello?

Él había mirado a su abuela, pidiendo por ayuda.

—Vamos, Yunseo —empezó ella—. Si le queda muy bien. Además es solo cabello.

—Pero Tae no es de esos chicos que se pintan el cabello —siguió la mujer, hablando como si su hijo no estuviera escuchándolas—. Esto debe ser influencia de otra persona. Fueron esos chicos, ¿verdad? ¿Los que salen en las fotos que nos enviaste? Desde el momento en que vi que uno llevaba esa camisa de "El anarquismo es el camino" supe que no eran buena influencia.

Taehyung tardó un rato en entender a qué foto se refería su madre. Luego recordó que él se había sacado una foto con Namjoon y Hoseok a principios del año, y el primero llevaba una camisa roja con esa leyenda.

—Yunseo, hija, no comiences con tus dramas —la regañó la abuela, cortando la conversación y entrando a la casa con su maleta.

Yunseo la siguió dentro, su esposo se quedó junto a la puerta, mirando a su hijo. Cuando Taehyung puso su atención en él, lo encontró riendo en silencio.

—Pareces una de esas cantantes idol —le dijo el hombre, remarcando el femenino en esa oración.

Taehyung lo miró ceñudo, su padre siguió riendo.

—Ya, no te lo tomes a pecho, anda, entra —dijo el hombre, y sin esperar nada se giró para ingresar a su hogar.

El siguiente momento incómodo ocurrió esa misma noche, cuando llegaron sus tías y tíos. Todos reaccionaron de forma similar.

—Te dije que era solo cuestión de tiempo, Yunseo —dijo su tía materna—. Los chicos son así, les llega una época de rebeldía y se pierden. Taehyung ya se estaba tardando.

—Él no está en ninguna etapa —rebatió su madre—. Solo tomó una mala decisión. Se pintará el cabello de vuelta enseguida, a su color natural.

—Mamá, pero no... —empezó él, pero fue interrumpido por otra de sus tías.

—Uf, ya hasta te lleva la contraria —dijo la mujer, mientras revolvía su plato de comida—. Así empezó mi Yejun.

—Ustedes se alteran mucho —dijo ahora uno de sus tíos—. Piensen en que al menos fue un color bueno, ¿se imaginan si le hubiesen pintado de rosado?

La mayor parte de los integrantes de la mesa rieron. Taehyung miró sobre sus hombros, allá donde sus primos más pequeños y sus hermanos se encontraban jugando. Ahora deseaba tener la edad suficiente para ocupar la mesa de los niños.

—Se van a atorar si siguen riendo mientras comen —los regañó su abuela.

—Oh, vamos, mamá —dijo uno de sus hijos—. Solo jugamos con Tae, ¿verdad?

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora