Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)

30. El rapto

Sientes que los rumores
te siguen desde el lunes,
hasta la cena del viernes.
Tienes un día de refugio,
y entonces el domingo
debes pagar tu infierno,
joven y perdido pecador.

Bueno, yo he estado ahí,
sentado en esa silla,
diciendo las mismas oraciones,
medio millón de veces.
Es una mentira,
enterrada entre discípulos.
Una página de la biblia,
no vale una vida.

●●●●

Taehyung aprendió tres verdades en esa semana: 1) las personas son malas, 2) los secretos no permanecen ocultos para siempre, y 3) las malas noticias son las primeras en llegar a los hogares.

Podía recordar con claridad las veces en que fue condecorado como el mejor estudiante de su clase, en que representó a su escuela en concursos interescolares, en que ganó premios de música o se presentó en una iglesia aliada, y en ninguna de esas ocasiones había obtenido una respuesta inmediata de sus padres. Ellos solían enterarse muy tarde, y le hacían llegar sus felicitaciones con semanas de retraso.

Las buenas noticias nunca obtenían respuestas veloces, las malas sí. Los señores Kim se enteraron del famoso video dos días después de que este se hiciera público. Taehyung no supo quién estuvo detrás del envío, pero recibió la llamada de regaño esa misma noche.

La escuela ya le había dejado un mal sabor de boca en esa semana, y la llamada de sus padres fue la gota que terminó por ahogarlo en su propia tristeza. Sus progenitores le hicieron saber lo sorprendidos que estaban de su actitud, lo mucho que les había dolido ver ese video, lo decepcionados que los había dejado, su madre habló llorando, y su padre apenas si lo hizo.

La mujer le dio un ultimátum: en cuanto terminara el año escolar regresaría a pasar las vacaciones con ellos, en Daegu. También le hicieron saber que no le dejarían terminar su educación en el pueblo, pues le inscribirían en una secundaria cercana a ellos, que lo alejara de las malas influencias de ese lugar.

El chico lloró mucho en el teléfono, su abuela intentó interceder por él, pero ella estaba en desventaja, pues su hija se negaba a hablarle mientras no tomara la decisión de aceptar la operación por su problema del corazón.

Sus padres fueron definitivos: él se iría del pueblo, y no volvería a ver a Jungkook.

Taehyung habló con su abuela, ambos trataron de buscar una forma en que él pudiera quedarse con ella. Era mayor de edad, técnicamente, podría decidir con quien residir y en dónde, pero sus padres lo tenían todo pensado, le dijeron que si no les obedecía dejarían de apoyarlo económicamente. Él no podía prescindir del dinero de sus padres, su abuela vivía bien con su jubilación, pero ese dinero no sería suficiente para cubrir con todos sus gastos.

Él no tenía más opción que obedecer, y despedirse de todo lo que conocía, y lo que empezaba a conocer.

Esa última semana de clases fue la más dura para él; sus compañeros lo miraban con extrañeza, sus profesores trataron en dos ocasiones de tener una charla "amistosa" sobre moralidad con él. Se dio cuenta de que entre los chicos de su edad había dos tipos de reacciones: los que le hacían muecas al pasar y murmuraban a sus espaldas, y los que se le acercaban a preguntarle cosas, con el fin de enterarse de primera mano del chisme.

—Entonces, ¿eres bisexual? —le había preguntado una chica, cierto día en que él y Jungkook se encontraban almorzando en una de las bancas del patio.

Ellos sabían que todos los miraban, que observaban la forma en la que se esperaban al salir de clases, cómo caminaban juntos a todas partes. Hoseok y Namjoon los acompañaban a veces, pero cuando estaban ocupados, en clases extras y cosas por el estilo, ellos tenían que enfrentarse solos a los demás.