56. Pan y Sangre

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Nunca seremos libres
Simples corderos al matadero
¿Qué vas a hacer cuando
haya sangre en el agua?
El precio de tu codicia
Es tu hijo y tu hija
¿Qué vas a hacer cuando
haya sangre en el agua?

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—El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. —El hombre giró la página y volvió a retomar la lectura—. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo. Primera de Pedro tres, veintiuno.

Taehyung miró a su abuelo a través del espejo a unos metros de él, el hombre estaba sentado detrás leyendo la Biblia en su cama, mientras su abuela estaba frente a él anudando la corbata que el abuelo le había prestado para ese día tan importante.

—Este es el versículo con el que empecé mi testimonio hace años cuando tú y tu abuela nos bautizamos, Taehyunnie —dijo el hombre—. Sé que tienes preparado tu propio discurso, pero sería lindo que siguiéramos una tradición, y que empezaras recitando este versículo.

—Cariño, deja al niño en paz —le regañó la abuela, ahora empezando a peinar los rebeldes cabellos negros del niño que ya era lo suficientemente alto como para que ella no tuviera que inclinarse—. Puedes decir lo que quieras, Tae, solo debe salir de tu corazón.

—Está bien, abuela —El pequeño rio—. Puedo decir el versículo. Me gusta.

La mujer le dio una sonrisa y siguió peinando.

—Sabes, Taehyunnie —volvió a hablar su abuelo—, tal vez cuando crezcas y tengas hijos puedes decirles que también empiecen de la misma forma. Ya sabes, cuando decidan bautizarse.

—Buena idea —aceptó el niño con una sonrisa—. Les diré que tú inventaste la tradición, abuelo. Y ellos lo pasarán a sus hijos y a los hijos de sus hijos.

Su abuelo rio un poco y se escuchó el sonido de una hoja siendo pasada.

—Estás muy pequeño como para pensar en hijos, Taehyunnie —le dijo su abuela, llevando sus manos a sus propias caderas.

El niño siguió sonriendo con inocencia.

—Pero quiero tener muchos hijos. Vivirán aquí conmigo y ustedes, y jugaremos todos los días afuera en los árboles. Construiremos una casa del árbol, cómo las de las películas y comeremos palomitas de maíz en los almuerzos.

El abuelo volvió a reír detrás. La abuela solo negó sonriente.

—Tienes una imaginación muy grande, pequeño.

—No soy pequeño. Ya voy a bautizarme, abuela.

Ella le picó la nariz con sus dedos.

—Como digas, pequeño —le sonrió y se alejó, buscando algo en el ropero de la habitación.

—¡No me digas así! —Taehyung odiaba que lo tratara como a un bebé—. No me gusta. Ya pasé los diez, soy grande.

—Claro, claro. —Su abuela se volteó con un suéter azul y se dispuso a ponérselo encima de su ropa de iglesia—. A ver, niño grande, ponte tu abrigo.

Cuando bajaban por la colina esa mañana, pudieron ver un arcoíris pintando parte del cielo. El pequeño niño dio saltos mientras apuntaba el suceso.

—Miren, eso quiere decir que será un buen día, ¿verdad?

—Claro, pequeño —dijo esta vez su abuelo.

—¿Tú también? —se quejó el niño con voz ofendida.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora