23. Aflicción

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Escondo mi cabeza,
quiero ahogar mi pena.
No hay mañana.
Y lo encuentro gracioso,
lo encuentro triste,
los sueños en los que muero,
son los mejores que he tenido.
Es difícil de decir,
difícil de aceptar.
Cuando la gente va en círculos,
es un mundo loco.

●●●●

El calendario en la pared de su habitación anunciaba un 22 de diciembre, tres días para navidad.

Se trataba de un calendario de cartón con mucha brillantina, los casilleros de los meses estaban dibujados en diferentes figuras geométricas color pastel. Jungkook nunca habría comprado algo así por cuenta propia; aún podía recordar la sonrisa de Taehyung cuando ambos lo vieron en la zona de manualidades del supermercado.

—Mira, tiene espacios en los días para anotar las cosas importantes —había dicho el chico, en ese entonces aún tenía su cabello negro.

—¿Quieres comprarlo? —había preguntado él, mirándolo con una sonrisa igual de grande.

—Sí, pero para ti —respondió Taehyung, mientras revisaba entre los demás modelos de calendarios sobre el perchero.

—¿Para mí? —Jungkook se había sentido extrañado, él nunca habría pensado en hacer una compra así.

—Sí, tú necesitas uno de estos, así recordarás las fechas de los exámenes, y los días festivos.

Entonces Jungkook entendió. Él había fracasado recientemente en una prueba de Ciencias Sociales, sacando una nota menor a 7, por dos razones: a) no había recordado un montón de fechas de días festivos, b) había olvidado por completo que tenían un examen ese día.

—¿Este es tu forma de castigarme por mi cinco?

Taehyung se lo pensó por un rato, luego sonrió.

—No lo había pensado, pero ahora que lo dices... llevaremos el más cursi de estos.

—Quedarían mejor en tu habitación, va con tu estilo.

—¿Dices que soy cursi?

Él había sonreído y levantado una de sus manos para atrapar la mejilla del chico frente a él.

—Bastante.

—Suficiente, nos llevamos este —dijo entonces Taehyung, zafándose de él. Tras eso tomó uno de los calendarios y caminó a la caja.

—Espera, ese es el que parece tarjeta musical, sonará cada vez que lo abra —se quejó.

—Así puedes recordar lo cursi que soy cuando escuches "Estrellita dónde estás" cada mañana.

—Eres de lo peor.

—Así me quieres.

—Tonto.

Una lágrima cayó por su mejilla al recordar ese momento. Se apresuró a borrarla de su rostro y giró la cabeza para ya no ver el calendario pegado en su pared. Le había puesto cinta a ambas caras del mismo, para no tener que abrirlo y escuchar la insana musiquita cada mañana.

Estuvo un rato más acostado en su cama, hasta que escuchó golpes en su puerta. No sé molestó en girarse, la puerta no tenía seguro de todas formas.

—Jungkook, ¿puedo pasar? —Era su padre.

Él no contestó. El hombre esperó un minuto antes de entrar a la habitación.

—Te traje algo para que comas, tú tía me dice que ayer no probaste nada desde el desayuno.

—Déjalo en el escritorio, gracias.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora