54. Deseo

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Dije 'nadie debe
saber lo que hacemos'
Sus manos en mi cabello
Su ropa en mi habitación
Y su voz como un sonido familiar
Nada dura para siempre
Pero esto se está poniendo bueno

••••

Taehyung abrió su ventana, el viento frio golpeó su rostro mientras el chico fuera entraba a través de ella a la habitación. Debían de ser cerca de las tres de la madrugada del sábado, domingo quizá. Tal vez debería dudar entre si el muchacho frente a él era en realidad Jungkook o un demonio de otra dimensión.

Le sonrió. ¿Los demonios sonreían?

Tal vez lo hacían, porque definitivamente había algo infernal en esos labios.

La capacidad de elevar por los cielos la temperatura de su cuerpo, por ejemplo.

—¿Qué haces aquí?

El chico dio un paso hacia él antes de contestar, relamió sus labios y alargó sus manos para apoderarse de las caderas ajenas, sus dedos apretando los huesos del lugar.

—No podía esperar.

Entonces lo besó, juntando sus cuerpos hasta no dejar espacio entre ellos. Sus manos se introdujeron por debajo del pijama de Tae, y apretaron la piel caliente y desnuda de su cintura.

Taehyung no hizo más preguntas, ni siquiera en su mente, no quería hacerlo. Solo se dejó llevar, con sus brazos rodeó el cuello contrario, y abrió la boca para entregar todo en un beso que parecía encender cada célula de su cuerpo. Los chasquidos llenaron rápido la habitación, y Jungkook hizo un sonido con su garganta cuando le apretó la lengua con sus labios.

—Repite eso —le pidió separándose un poco.

Mientras Taehyung procedía a hacerlo, pudo sentir las manos ajenas bajar y adentrarse ahora en su pantalón, bajaron más que otras veces, un poco más abajo de su cadera, llegando a sus mulsos. Ahora fue él quien hizo un sonido de complacencia con su garganta. El pelinegro volvió a separarse y lo miró a la cara.

—¿Puedo desnudarte?

Taehyung no estuvo seguro de por qué asintió enseguida, tampoco de por qué volvió a besarlo o por qué se dejó empujar hasta la pared cerca de su puerta. Las manos ajenas acariciaron la piel desde el inicio de sus muslos hasta su cintura, como si estuvieran delineando una figura en mármol, luego se cerraron en el filo de su abrigo.

—Brazos arriba —ordenó el otro chico con una voz demandante y él solo le obedeció sin más.

Enseguida su abrigo estuvo en el suelo, y Jungkook miraba su pecho con ojos muy oscuros, había una mirada hambrienta en su rostro. Sin levantar sus ojos alargó una mano y delineó cada parte del pecho ajeno, mismo que Taehyung sentía subir y bajar con rapidez por la agitación. Se estaba desesperando, necesitaba más. Eso empezaba a doler.

Sin preguntar, lo agarró de la muñeca y atrajo al chico hacia él para poder besarlo. Sus propias manos fueron hacia su camisa y empezaron a levantarla. Era raro, al principio parecía recordar que el chico tenía un abrigo. Pero poco importó cuando la prenda estuvo también en el suelo.

Siguieron besándose, y Jungkook enseguida se movió a su cuello. Taehyung se oyó a sí mismo haciendo un sonido comprometedor cuando sintió los dientes ajenos en su piel, pero no le importó.

—Me gusta eso —dijo Jungkook con su boca aún pegada a la piel de su cuello—. Gime más.

Taehyung sonrió y metió sus dedos entre las hebras oscuras, pegándolo más a su piel.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora