22. Doloroso Resabio

716 87 115
                                    

No puedo revertir la cicatriz,
mientras más sana, peor duele.
Te di cada pedazo de mi,
no es extraño que
me sienta vacío.
No sé como estar cerca,
de alguien tan distante.

●●●●

Taehyung sintió la luz de la ventana golpear contra su cara, pero no abrió sus ojos. De seguro ya había amanecido, pero no quería despertar. Intentó volver a dormir, y creyó lograrlo, pero aún en el limbo entre los sueños y la realidad, pudo sentir como la luz en su rostro desaparecía, y el lugar era ocupado por una sombra.

Tuvo miedo, apretó mucho los ojos y alargó sus manos por el colchón para agarrar una de las almohadas a su lado, encontró una mano en el camino, se aferró a ella con ambas suyas, la apretó contra su pecho, esperando que ese trance de oscuridad acabara.

Tae, despierta, mi tía llamó.

La voz se escuchaba lejana y distorsionada. No, Taehyung no quería despertar, algo en su cabeza le decía que nada bueno le esperaba ese día.

Oye, ¿me escuchas?

Entonces sintió que alguien trataba de quitarle la mano a la que se aferraba, jaló con fuerza, subiendo su agarre hasta el antebrazo, hasta que sintió un peso en su pecho.

Se despertó con la cara de Jungkook a solo milímetros de la suya. El chico parecía asustado, aun cuando era él quien se cernía sobre su cuerpo, apoyándose con su brazo derecho sobre el colchón, a unos centímetros de su cabeza. Taehyung lo miró a los ojos y Jungkook enseguida desvió la mirada, dejando que reposara en su mentón, o tal vez un poco más arriba.

—¿Qué haces? —le preguntó el chico, sonaba algo nervioso.

Taehyung solo continuó mirándolo, al no recibir respuesta en sus ojos, bajó su mirada hacia la boca ajena. Un escalofrío pasó por su columna vertebral al recordar las cosas que hicieron la noche anterior, al recordar los labios del chico contra los suyos, lo suaves que eran, lo húmedos que estaban, la experticia con la que se movían sobre él. Recordó sus manos sobre su cuello, sus dedos metiéndose entre sus cabellos, la forma en que delineaban su mandíbula y acariciaban su piel.

Quería esas manos recorriéndolo otra vez, esos labios besándolo hasta que ambos se quedaran sin aire. Un sentimiento de añoranza lo invadió, y se sorprendió de extrañar algo que apenas había conocido, algo de lo que había sido excluido hasta la noche anterior. El vacío era realmente ahogador, como si su cuerpo se entristeciera por ser privado de uno de los sentimientos más bonitos que había probado en sus escasos casi dieciocho años.

—Taehyung —gruñó Jungkook aun sobre él.

El aludido podía sentir sus rodillas cerca de su pierna, de seguro esa posición en la que estaba no era muy cómoda. Tal vez si pusiera su rodilla en el espacio entre sus piernas y no a un lado...

—¿Qué? —preguntó, queriendo quitar todas esas ideas erróneas de su cabeza. El apenas despertar le estaba afectando, no podía pensar con claridad.

—¿Vas a tenerme así toda la mañana?

—¿Así?

—Sí, así —la voz del chico sobre él sonaba tosca, como si estuviera molesto.

—¿De qué hablas?

El castaño suspiró, aún sin mirarlo a los ojos.

—Suéltame, por favor.

—No te estoy agarrando —respondió Taehyung confundido, y con un sentimiento de calor en su rostro.

—Te aferras a mi brazo como si fuese un oso de peluche, Taehyung. —Jungkook movió su extremidad—. Por favor.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora