52. Oportunidades

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Y yo sé que él te da todo
lo que yo no podía darte
Y yo sé que tú tienes todo
pero yo no tengo nada sin ti

Así que por una última vez
necesito ser quien te lleve a casa
Por una última vez
te prometo que después te dejaré ir
Cariño, no me importa si
él está en tu corazón
Todo lo que me importa
es tenerte despertando en mis brazos.
Así que por una última vez
necesito ser quien te lleve a casa.

••••

Jungkook se levantó asustado, miró el reloj a su lado y notó que ya eran las diez de la mañana.

—Mierda.

Se había quedado dormido. Su padre lo había dejado quejarse dormido. Suspiró. Estaba en el cuarto que el hombre ocupaba, pues después de la plática que tuvieron ayer este le sugirió dormir allí, y Jungkook, quien de pronto se sentía pequeño y desolado, terminó aceptando.

Pero no pensó que el hombre lo dejaría dormir hasta después del comienzo de sus clases.

Por un momento la idea de vestirse, correr al colegio e inventarse una excusa para su retraso pasó por su cabeza. Ese momento fue realmente fugaz.

Terminó por levantarse con pereza y resignarse a tener una falta más en su historial. Supuso que su padre no lo regañaría, puesto que fue él quien no lo despertó en primer lugar.

Salió del cuarto y bajó las escaleras aún frotando sus ojos, sentía su rostro sucio por las lágrimas de la noche anterior. Pensó en pasar por la cocina para conseguir algo de comer.

La verdad no tenía muchas expectativas para esa mañana, pero al encontrarse con la insípida mirada de su tía en la cocina, las cosas empezaron a cambiar de dirección.

La mujer solo desvío su vista sin disimularlo, y continuó bebiendo de su café. Estaba sentada en la mesa del lugar, frente a un plato con media tostada.

—Buenos días —le saludó Jungkook, y no esperaba respuesta, así que no se sorprendió cuando no la recibió.

Fue hacia la nevera y agarró una manzana, luego tomó un vaso y sacó algo de agua del dispensador. El silencio era incómodo, pero él no podía hacer mucho para cambiarlo.

Estaba dispuesto a volver a la sala sin más, cuando la voz de su tía lo detuvo frente a la salida.

—Estás invitado a la iglesia este domingo.

El chico se giró para mirarla, creyendo que se trataba de una broma.

—¿Disculpa? —dijo muy confundido.

Entonces ella levantó la vista, ofreciéndole una mirada dura. Él podía jurar que había una pizca de burla en ella.

—Te invito a la iglesia —repitió su tía—. El domingo tendremos un culto especial. Todo el pueblo está invitado.

Jungkook no terminaba de entender. Solo miró a la mujer con extrañeza hasta que ella decidió continuar.

—Estos cultos especiales están hechos para llegar a más personas, para tocar hasta las almas más sucias —explicó ella mirándolo de pies a cabeza—. Si te sientes tocado por el espíritu puedes ofrecerte y tus pecados pueden ser limpiados por las aguas del bautismo.

Eso tenía que ser una broma. Jungkook apretó sus labios tratando de evitar una sonrisa.

—Taehyung va a bautizarse —dijo entonces la mujer.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora