35. Problemas

561 65 84
                                    

Lo siento, lo siento,
lo siento, mi hermano.
Aún cuando trato de ocultarlo,

no se puede borrar.
¿Me llamas pecador?
No hay nada más qué decir.

Esa luz, por favor,
ilumina mis prcados.
La sangre roja cae,
sin dar marcha atrás.
Cada día quiero morir más.
Déjame ser castigado.
Perdóname por mis pecados.
Por favor.

●●●●

Taehyung despidió al niño con una sonrisa, lo siguió con la mirada mientras pasaba con su chocolate por los radares de seguridad del supermercado. El pequeño saludó al guardia en la puerta y terminó por perderse entre los abarrotados pasillos del centro comercial.

Era normal que estuviesen abarrotados, mucho más en el día de inauguración, sin embargo, Taehyung se sorprendió de ver a tanta gente nueva en el lugar. Estaba seguro de que la mitad de ellas no eran del pueblo. Al fin y al cabo, su mamá había tenido razón, el centro comercial representaba una buena inversión, y la idea de un patio de juegos, realmente había animado a las familias de las ciudades vecinas a visitarlos.

—¿Aceptas tarjeta?

Taehyung dejó de mirar hacia la nada, y se giró hacia su nuevo comprador.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, prácticamente en un susurro, al notar quien era.

Jungkook levantó la pequeña caja de chicles en su mano.

—Compro.

Tae lo miró por un rato más. Esa marca de chicles era la que estaba en exhibición en los estantes cerca de la caja. Jungkook ni siquiera se había tomado la molestia de revisar todo el supermercado. Estaba ahí por algo más que unos chicles.

Pero él no podía darle lo que quería, así que pasó la caja de dulces por la pistola de precios sin rechistar.

—Son quinientos wones —le informó, mientras el chico le pasaba una tarjeta. De seguro de su padre—. ¿Vas a querer una bolsa?

—No, mi exnovio decía que eran malas para el planeta —contestó el castaño, tomando la caja de chicles y guardándola en uno de sus bolsillos.

Tae le entregó la factura sin responder, y mirando hacia abajo. Jungkook pareció rendirse.

—Tae, hablo de ti.

—No digas eso, por favor —contestó él.

—¿Qué cosa?

—Exnovio.

—¿Prefieres antiguo amante? —inquirió el otro muchacho, Tae no lo veía a la cara, pero por el tono de voz podía notar que el chico no estaba diciéndolo como una broma—. ¿Mi amigo con beneficios? ¿El chico con el que solía besarme en lugares oscuros, o...?

—Jungkook —pidió él, mirándolo por fin a los ojos.

—Te juro que no te entiendo. —Había una mirada de seriedad en su rostro y algo de angustia—. Hace solo unos días me abrazaste y dijiste todas esas cosas sobre estar sufriendo, pero salió el sol y ahora pareces haber vuelto a ser el robot sin sentimientos que solo...

—¿Podemos hablar de esto en otra ocasión? —terminó preguntando Taehyung—. Las personas vendrán en cualquier momento a pagar y...

—Sí, ya sé —fue todo lo que dijo Jungkook, antes de salir caminando con un aire de frustración.

Tae se sintió terrible, odiaba verlo tan estresado, pero no se sentía capaz de arreglar las cosas. Todo era demasiado complicado. Y es que su abuela tenía razón, volver al pueblo, ver a sus amigos, y verlo a él, le había devuelto parte de sus ideas del pasado, esas mismas que su madre y los señores de ese lugar habían aplastado cada semana de sus vacaciones.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora