41. Atraco

746 66 83
                                    

Somos
Jóvenes, locos y libres
Tus preocupaciones
sin respuestas
No caigas en eso.

Incluso si es peligroso
Hablemos mientras reímos
Corramos como tontos
Entre errores y lágrimas
simplemente hagámoslo.
¿Y qué?

●●●●

Taehyung cayó dormido en cuanto llegaron al hotel. Se trataba de un lugar bastante accesible, fue uno de los primeros que vieron cerca de la carretera cuando llegaron a Daegu a las siete de la mañana.

El hombre que los recibió no hizo muchas preguntas sobre por qué dos jóvenes estaban pidiendo una habitación tan temprano, y los guio hasta el tercer piso del edificio, donde les entregó un llavero con forma de ballena y se marchó.

Ambos ingresaron al lugar y de inmediato se dejaron caer en las camas. Había dos, y después de tantas horas de viaje parecían lo más atractivo que ambos chicos habían visto en sus dieciocho años de vida.

Horas después, cuando Taehyung despertó, el reloj marcaba las cinco de la tarde. Jungkook seguía durmiendo en la cama de a lado, mientras su teléfono vibraba en la pequeña mesa entre ambos. Tae aún estaba algo adormilado cuando levantó el celular y vio las notificaciones desplegarse ante él, podía ver un mensaje del Sr. Jeon diciéndole a su hijo que él y Soojin llegarían a las siete de la noche por una equivocación con los boletos, y que por favor pasara a recogerlos en la terminal de autobuses.

Él estaba enterado de todo el dilema con Misuk, Jungkook se había encargado de ponerlo al día con los detalles durante el viaje. Él sabía que el Sr. Jeon no había hecho un escándalo porque no estaba en su casa, y por eso le había dicho a Jungkook que lo mejor era contarle la verdad, pero este solo dijo que lo haría luego.

Bueno, ese parecía ser un buen momento.

Pensó en despertarlo, incluso se levantó de su colchón y se acercó al otro, pero, en cuanto sus ojos analizaron mejor la imagen del chico sobre la cama, se echó para atrás. Jungkook estaba acostado con las piernas muy abiertas, uno de sus brazos sobre su cabeza y el otro sobre su pecho, su cabello estaba despeinado y sus labios entreabiertos. Se veía demasiado cansado, y muy tierno como para querer molestarlo. Tae decidió que aún podía esperar un poco más.

Arregló las sábanas y almohadas de su cama dejándola como si nunca hubiese sido tocada, y se quitó el abrigo que llevaba puesto, quedándose solo con la playera bajo este. La habitación era bastante funcional, tenía un baño que quedaba junto a la entrada y una pequeña cocina con una mesa en la pared frente a las camas. Buscó en la mochila ajena y encontró dos paquetes de fideos instantáneos. Jungkook le había dicho que podían vivir de eso, la idea le sonó algo tonta, pero en ese momento agradecía tenerlos. Enseguida buscó los materiales necesarios en las gavetas y empezó a cocinarlos.

Bostezó mientras revolvía el contenido de la pequeña olla que había encontrado en uno de los escaparates, y pensó en lo alterada que de seguro estaría su madre, tal vez incluso más de lo normal después de haber leído la nota que le dejó.

"Salí hacia Seúl esta madrugada, perdón por no avisar, pero es el cumpleaños de uno de mis amigos, y temía que no me dejarías ir si te preguntaba. Volveré el viernes. Perdón"

Sí, le había mentido, y se sentía mal por lo fácil que se le había hecho, pero no podía dejar que ella arruinara su plan. Si ella se enteraba de que estaba en Daegu, alertaría al asilo y les dificultaría todo, y si sabía que había viajado con Jungkook... Bueno, simplemente era mejor que creyera que estaba haciendo algo más.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora