Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)

48. Decisiones III

Hagamos lo que siempre
has querido hacer.
Diviértete y vive tu vida.
Ayúdame a gastar este día,
encontrar un lugar para vernos.

Te mostraré mi vecindario.
En el mal y el buen sentido.
Cuando se trata de reglas,
decido romperlas, así que...

Tomemos malas decisiones.

••••

Jungkook estaba muy enojado, y no era con nadie más que con él. Solo con él.

Había caído, una vez más.

Una caída fuerte y vergonzosa, por alguien que definitivamente no merecía que lo hiciera. Pero las personas como Dongjun siempre lograban lo que querían, y con el mínimo esfuerzo terminaban haciéndole actuar como un tonto, cayendo por sus palabras atrapantes, y sus penetrantes ojos.

Siempre terminaba haciéndole caer, y creer en sus mentiras.

Si solo pudiera sacarlo por completo de su mente y corazón, tal vez entonces podría actuar de forma razonable.

Pero esa sería la última vez.

Entró a ese baño con los brazos cruzados sobre el pecho, sabía que Dongjun lo seguía. La puerta se cerró con seguro tras él, entonces se giró.

—¿Por qué te ves tan enojado?

Y todavía se atrevía a preguntar.

—Me equivoqué contigo —declaró Jungkook sin más, al girarse. Ya no podía con eso.

Dongjun sonrió y avanzó hasta quedar a una regla de distancia.

—Claro que no —dijo ubicando sus manos en la cintura ajena y sonriendo—. No has hecho nada mal.

El más bajo descruzó sus brazos y apartó las manos ajenas de su cuerpo.

—Ya, basta. —Dio un paso hacia atrás y miró al otro a los ojos—. No sé por qué te sigo haciendo caso. No te importo, solo piensas en ti.

—Claro que me importas, no podría vivir sin ti. —La mueca de preocupación en el rostro contrario hizo que sus palabras sonarán mucho más reales—. Te quiero demasiado, ¿tú no?

Y claro que lo hacía, por eso estaba ahí. Porque después de todo, estuvo enamorado del mismo chico desde los doce (aunque en ese momento no terminará de admitirlo), fueron cuatro años de pensar en él y en cuanto le gustaría tomar su mano y besarlo. No era un sentimiento del que pudiera deshacerse enseguida.

Y eso estaba traicionándolo en ese momento. Tal vez si pudiera ser más fuerte...

—También te quiero y ese es el problema —terminó por admitir, muy enojado—. Sentir esto solo me hace daño.

—No entiendo de qué hablas. —Dongjun frunció el ceño.

—No te tomas esta relación en serio —le reclamó—. ¡Te vi besarla!

Y era la tercera vez, en realidad. Uno diría que debió hacer esto a la primera, pero para su débil corazón de diesiseis años, esa no era una opción.

—¡Fue una apuesta! —exclamó Dongjun abriendo los brazos—. Los chicos se burlarían si no lo hacía.

Y sí, tal vez eso era real, pero Jungkook esperaba que Dongjun terminará de decidir qué apuestas valía la pena cumplir, y más si eran a costa de los sentimientos de la persona a quien supuestamente quería.