51. Hielo

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Me pregunto
¿Eres mi mejor amigo?
Es como un río
corriendo en mi mente.
Quiero preguntarte
si esto está solo en mi cabeza.
Mi corazón está latiendo hoy

¿Cómo iba a saber
que un día despertaría
sintiendo más?
Pero ya he alcanzado
al fin la bahía.
Creo que solo éramos
barcos en la noche.

••••

Jungkook empezó mal su semana. Después de llegar a casa ese domingo y tener otra mini discusión con su padre y su tía, que acabó con estos dos peleando y él escapando a su habitación, pensó que las cosas no podrían empeorar.

Pero ahí estaba, un lunes en la mañana, con una tostadora quemada, panes carbonizados, y un auto que no quiso arrancar. Terminó yendo a pie al colegio, y como no salió a tiempo y no tenía motivación para correr, acabó por llegar veinte minutos después de la hora de entrada.

Cuando llegó a su aula, el profesor no le dejó pasar, y él estaba tan enojado con el mundo y la vida que acabó por discutir con él. Porque, ¿qué profesor evitaba que sus alumnos aprendieran?

Al profesor no le gustó mucho su defensa, y terminó enviándolo a la oficina del director para que le diera a él sus reclamos.

El camino hacia la dirección fue suficiente para aumentar su mal genio, y este solo era el comienzo.

Puso su mano en el pomo de la puerta, y tal vez debió tocar antes, pues en ese instante la puerta fue empujada desde adentro y se estrelló contra su frente, haciéndole perder el equilibrio y caer hacia atrás.

Cayó sobre su trasero, y su frente empezó a latir. El ardor se extendió por todo su rostro, al igual que su enojo. Si fuese una caricatura ya estaría todo rojo. Se llevó una mano a su frente.

—¿Qué no viste que iba a entrar? —le dijo a quien fuera la persona que había abierto la puerta.

Desde donde estaba solo podía ver sus zapatos, unos converse blancos algo sucios. Supuso que no se trataba de un estudiante, pero tampoco de alguien mayor.

—¿Qué no viste que iba a salir? —le preguntó de vuelta el extraño, su voz no era un poco aguda—. ¿Necesitas ayuda?

Jungkook quitó un momento su mano y vio que el chico había extendido su brazo hacia él para ayudarle. No lo aceptó y se levantó por su cuenta. No estaba de buen humor. Volvió a llevar su mano a su frente, como si así pudiera detener el dolor.

Cuando al fin pudo analizar al chico frente a él, notó que era al menos cinco centímetros más bajo. Llevaba un abrigo púrpura que le quedaba algo ancho, y unos pantalones ceñidos, como para hacer contraste. Su cabello era rubio platinado.

Por alguna razón le resultó familiar. Pero su apariencia gritaba a todos los vientos que no era alguien del pueblo. Así que no podía ser de la zona.

Tal vez de Busan...

—¿Te golpeé muy fuerte? —le preguntó entonces.

—¿Tú crees? —le devolvió Jungkook con un tono agrio.

—Bueno, no fue mi culpa que no vieras que iba a salir —se defendió el chico.

Jungkook sintió otra punzada en su frente, e hizo una mueca.

—¡¿Qué sucede allá afuera?! —se escuchó gritar al director desde su oficina—. ¡Señor Park, cierre la puerta!

El extraño giró su cabeza, como para ver bien al hombre. Jungkook no veía nada desde donde estaba parado.

Un Pecador en el Pueblo (KTH/JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora