—¿Se siente bien mi señor? veo que se puso pálido.
Había pasado días difíciles y estresantes, se suponía que sería un viaje de vacaciones no un viaje de resolver problemas, negociar con gente peligrosa y encima soportar a una mujer tan irritante en casa.
—Estoy bien, Nana, solo ve por esas copias al departamento, quiero asegurarme de algo —Nana entendía bien mi situación no quería toparme con Loren, estaba pensando últimamente como deshacerme de ella lo antes posible. Justo mi celular sonó, era uno de mis hombres que residía al otro lado del departamento para protegerme contra cualquier atentado que pudiera pasarme—. Espera un segundo, tengo que contestar esta llamada. ¿Pasó algo?
—Sabía que usted había salido hoy desde temprano y me indicó que me percatara si estaba ocurriendo algo en su casa.
—Ve al grano.
—Está bien, hace algunos minutos escuché gritos de súplica de un muchacho en su departamento, provenía de la parte inferior.
—¿Siguen los gritos?
—Al parecer, ya se calmaron, pero ahora se escuchan como si se estuvieran tirando cosas.
—Bien, ahora estoy yendo para allá, llama a los demás para que vengan apoyarme.
—Sí, mi señor.
—¿Pasó algo? —miré con una sonrisa a Nana.
—Al parecer, ya tengo una razón para deshacerme de ella —noté su mirada de curiosidad, no le dije más sobre el asunto—. Vamos, ¿traes unos de tus equipos? —ella asintió—. Bien, hoy habrá un festín.
Tomamos el ascensor para llegar al departamento, me estaba poniendo nervioso por la situación y si esa persona es "Mateus", apreté mis puños y con una mirada fija hacia una dirección, Nana debió notar eso, pero como siempre nunca decía nada hasta que yo se lo ordenara.
El hombre que me había llamado estaba fuera del departamento, hizo un saludo con una reverencia y me entregó una pequeña arma, solo la miré—. Perfecto, esto servirá... Cuando lleguen los demás, me esperaran afuera, Nana se encargará de llamarlos —él asintió y retirándose para esperar a los demás hombres a fuera, marqué el código de seguridad y la puerta se abrió. Mi grata sorpresa fue haber encontrado a Loren parada y asustada cuando vio mi presencia, se acercó a mí rápidamente.
—No-No dijiste que volverías mañana, ¿qué haces aquí?
—¿Acaso no puedo venir a mi casa cuando quiera?
—N-No es eso —hizo una sonrisa nerviosa, fijé mi mirada en la habitación de Mateus, estaba cerrada, que yo recordara la habitación siempre permanecía abierta—. ¿Por qué la habitación de Mateus está cerrada?
—Ah, e-este... es que comencé a limpiar y pensé que entraría polvo —la cogí de los hombros, sentí que estaba asustada, sonreí.
—¿Piensas que soy idiota?
—No, no, no claro que no Nam —tartamudeaba cada vez más.
De pronto se escuchó un sonido en la parte inferior, justamente provenía de la habitación de Mateus. Miré fríamente a Loren y luego volteé a ver a Nana que se encontraba ya detrás de mí—. ¿Está allí? —ella negó con la cabeza, la ira embargo todo mi ser, traté de controlarlo, porque la iba a necesitar más adelante—. Bien... —dándole una fuerte bofetada a Loren, dejándola en el piso—. Encárgate de ella —Nana hizo lo que le pedí, Loren por su parte me hacía súplicas y a la vez se resistía a Nana.
Estando en la puerta de la habitación de Mateus, la quise abrir, pero estaba con llave, retrocedí y di una patata para que se abriera la puerta. Las imágenes que vi fueron pocos agradables ante mis ojos. Mateus y yo nos encontramos con la mirada, mientras que un tipo mucho más corpulento, tenía sus manos en el trasero, abriendo su camino.
—No me dijo que Loren tenía otra cosita más bonita que está —dejando de lado a Mateus, quien lloraba, yo solo me recosté a lado de la puerta con los brazos cruzados y mirando como se acercaba.
—No soporté las ganas de ver la persona que me estaba esperando... y pues abrí la puerta con prisa —haciendo una sonrisa y tocándome el lado izquierdo de mi cintura, mientras el tipo se iba acercando cautelosamente a mí.
—Así que tú eres su apreciado Nam.
—Aaah...
—Eres terriblemente hermoso y... caliente.
—Lo sé, no eres el único que me lo ha dicho—sonriendo, ya lo tenía cerca de mí, trató de besarme, puse una de mis manos en su pecho, he hice que recorriera por todo su cuerpo, haciendo que su instinto animal me coja de los cabellos, ambos nos miramos. Yo sonriente clavé un cuchillo en su pecho, él de inmediato cayó al suelo—. Le di directo —mientras me puse de rodillas y lo vi cómo se desesperaba en pedir ayuda—. No te dijo Loren que no soy alguien fácil de persuadir.
Mateus me miraba con los ojos abiertos y rojos por tanto llorar, me acerqué a él y lo desaté de las manos y de la boca—. Solo te haré una pregunta —él no me daba la mirada como siempre, extrañaba su sumisión—. ¿Ese tipo logró hacerte algo indebido? —su rostro se fijó en el mío, negando con la cabeza.
—E-Eso hubiera pasado si es que usted no llegaba a tiempo —sus sollozos iban aumentando—. Ya-Ya no quiero estar aquí, ya no quiero —sabía que estas acciones estaban prohibidas de acuerdo con el contrato, pero lo terminé haciendo, lo abracé y le susurré para que se calmara, que todo iba a estar bien.
—¡NANA! —ella de inmediato estuve en el cuarto y quedó sorprendida por el charco de sangre—. Dile a los hombres que están afuera que se deshagan de todo esto y que limpien todo el rastro sin dejar ninguna huella, mientras tanto yo iré a un hotel a pasar la noche.
—Sí, señor... Una pregunta más, ¿qué haré con la mujer? —Mateus al escuchar lo que dijo Nana, me miró.
—Nana —Mateus repitió su nombre con su débil voz.
—Mmm... Deshazte de ella, no la quiero ver nunca más y tú al parecer estás un poco mejor —me deshice del abrazo y volví hacer él mismo de antes—. Ponte algo de ropa, nos iremos.
—Sí-Sí, director.
Al momento de salir, encontré a Loren desmayada, solo la miré con desprecio y agradecimiento a la vez, ya que gracias a su estupidez no la volveré a ver nunca más.
Nos hospedamos en un hotel era un poco lujoso, tenía camas dobles, pero en esta ocasión solo utilizaría una, quería liberar mis deseos reprimidos por varios días con Mateus, lo mandé a que se diera un baño, mientras esperaba tiré al basurero la ropa que se había puesto, no quería que tuviera esa esencia de ese tipo, mañana compraría una nueva para él.
Mateus salía del baño con una bata blanca, su rostro se veía diferente como si estuviera contento de que estuviéramos los dos solos, le ordené que viniera hacia mí y que se quitara la bata. Di un recorrido lento por todo su cuerpo, los moretones que había ocasionado la última vez ya no eran visibles, también pude notar su miembro erecto, miré sus ojos y él estaba rojo de la vergüenza, solo me quedó sonreír.
—Comencemos.
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El Contrato
Teen FictionEl contrato cuenta la historia de un joven alimentado por el deseo de venganza, hará todo lo posible para tratar de acabar con su medio hermano. Utilizará los medios que crea convenientes para tenerlo a sus pies, sin darse cuenta de que poco a poco...