El Contrato

EL MOMENTO DECISIVO DE OLVIDAR

—Aaah, tu hermano es muy guapo... Esa mirada ardiente y ese cuerpo bien formado —Victoria diciendo esas cosas, que se puede esperar de una completa pervertida. Ya hacía tiempo que no nos reunimos las cuatro para conversar, aproveché esta ocasión para entregarles las invitaciones—. Ha pasado bastante tiempo desde que lo vi... Jana, no te parece que seriamos la pareja perfecta, claro después de ustedes dos dejando mi bebida en la mesa.

—No quiero condenar a mi querido hermano.

—¡JANA! —las tres nos reímos.

—Mi hermano es tan apuesto, encantador y muy caballero. No querría que estuviera con una mujer como tú, Victoria, lo siento. No soportaría verlo sufrir, conociéndote cómo eres. Hasta a veces deseo que mejor fuese gay.

—Que locuras dices, acaso no quieres tener sobrinitos hermosos —intervino Jess—. Que mejor que unas de tus amigas —la miré seriamente—. OK, descartemos a Victoria y qué hay de nosotras dos, Jamie y yo.

—Entre ustedes dos, mil veces prefiero a Jamie —Jamie casi se ahoga cuando escuchó su nombre, poniéndose roja y mirándome con los ojos muy abiertos.

—Es-Estás loca... Además... Además, él no se fijaría en alguien como yo.

—Mmmm... Quién sabe, aunque por el momento él no está interesado en citas. Por culpa de mi padre, ahora sigue teniendo más trabajo que hacer —,las tres suspiramos por la vida de mi hermano con rostros de melancolía, mientras que Jamie nos miraba de forma rara.

—————————————————————————————————————————————————————

Mi padre es tan odioso, dejarme todo el trabajo a mí, se suponía que este iba a hacer un viaje para descansar. Sin embargo, resultó ser todo lo contrario, quiero tirar todo lo que está en el escritorio "Y ESE MALDITO DE NAM, DÓNDE SE HA METIDO, LE DIJE QUE VINIERA ENSEGUIDA" y pensar que faltaban pocas semanas para el matrimonio de mi hermana, el peligro que corría Nam en manos de esa mujer quien resultaba ser su abuela, y sobre todo estos sentimientos confusos que siento por él "Necesito poner en claro todo esto". Recostado en el escritorio acompañado de mis pensamientos, escuché que tocaban la puerta, supuse que era Nam, porque lo habían mandado a llamar. Me estaba preparando para enfrentarlo como solía hacerlo, tenía que mostrar una conducta recta hacia él. Lo que sí tenía en claro es que no iba a dejar que me envolviera con su buena apariencia.

—¡ADELANTE! —fingiendo que estaba concentrado en los documentos que tenía, luego vi sentir que unos papeles se dirigían a mí de golpe—. ¡HEY! ¡QUÉ TE PASA, NO TE ENSEÑARON LOS MODALES! —cuando levanté mi mirada, no sé por qué sentía una terrible desilusión al no encontrar sus ojos ámbar.

—¿Qué? Vas a matarme a golpes, te repito que yo no soy Nam —el estúpido de Héctor, no soportaba tenerlo cerca.

—¿Qué haces aquí? —traté de calmarme, no quería causar problemas—. Pensé que te habías ido ya de aquí.

—Pues no, me pidió Nam que te enviara estos documentos, él no puede venir porque tu padre lo llamó para que fuera al sector D, tienen problemas con el envío de las mercancías —rascándome la cabeza.

—Hablaré luego con mi padre para confirmar sobre la salida de Nam, puedes irte. Tu presencia nos es bienvenida en esta oficina —poniendo sus manos firmes sobre el escritorio, haciendo que me asustara.

—Si te a través a dañarlo, te las verás conmigo maldito.

—Crees que te tengo miedo —estuvo a punto de sujetar mi camisa con fuerza, yo lo miraba de forma burlesca.