¿UN ÁNGEL?

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Este era mi tercer trabajo de medio tiempo, estaba totalmente agotado solo deseaba estar en mi cama y conciliar el sueño—. HEY, MUCHACHO UN PAR DE CERVEZAS PARA ESTA MESA —sí estoy trabajando en un bar en las noches, tengo que recaudar el dinero que debo pagar en algunas semanas. Me pregunto por qué el tiempo pasa demasiado rápido, y parece que ayer estaba en los brazos del dire...

—Aquí tiene su pedido —haciendo una pequeña reverencia me retiré, solo me faltaba algunas horas para acabar mi turno. Estaba pensando en conseguirme un trabajo donde me puedan pagar bien y había oído algunos rumores que una empresa muy prestigiosa estaba solicitando personal para el servicio de limpieza "Iré a averiguar el viernes que tengo algo de tiempo libre".

"Al fin" estaba muy feliz de haber acabado mi turno y también porque tuve mucha suerte en recibir muchas propinas, aunque algunos ebrios me confundían con una chica y me tocaban el trasero esa era la otra parte que no me gustaba de este trabajo—. Buen trabajo por hoy, muchachos pueden irse —fueron las palabras de nuestro jefe.

La noche como siempre fría, con un fuerte suspiro seguí caminando en las solitarias calles, a veces me daba miedo que pudieran asaltarme. Sin embargo, borraba ese pensamiento porque en sí lucía prácticamente como uno de ellos por mis vestimentas "Aaah, sin tan solo fuese rico... sin tan solo fuese rico no hubiera conocido a los niños ni a las madres ni mucho menos al director" cada que lo recordaba mi pecho comenzaba a doler, a veces decía: ¿Por qué el amor es tan difícil?

—Miren, miren, miren a quién tenemos por aquí —esa voz, esa voz que no la había escuchado hace tiempo, tan odiosa como siempre—. Se quedó mudo de la impresión, jajaja...

—Allen...

—Hablas, pensé que te habías quedado mudo —su grupito se burló nuevamente, traté de esquivarlo, fue imposible ellos ya me habían rodeado.

—Déjame ir.

—Con solo decir eso piensas que te dejaremos ir, además tengo que cobrarme por lo de antes.

—Yo no te hice nada —de repente Allen se fue acercando muy lentamente hasta llegar a mí, y me dio fuertes empujones.

—Me quitaste a mi mejor amigo... Eli... no sé qué diablos hiciste, lo chantajeaste o tal vez tuviste sexo con él como la verdadera puta que eres.

—Estás equivocado, yo —de pronto sentí un fuerte golpe en mi rostro que hizo que terminara en el suelo, a los pocos segundos sentía la sangre salir por mi nariz, traté de detenerla. Las patadas se hicieron sentir en seguida, no solo eran las de él sino de los otros tres vándalos que lo acompañaban.

—Woow... —sonriendo, mientras yo estaba tirado en el piso, en un momento comencé a arrastrarme, pero uno de ellos me arrastró nuevamente hasta llegar a los pies de Allen—. La pequeña puta quiere escapar —pateándome nuevamente—. Muchachos se me ha ocurrido algo mejor... qué tal si lo mandamos desnudo a su casa —ese tipo pensaba hacer eso, me hacía recordar cuando fui por poco violado por esos hombres peligrosos si no fuera por el director "Director" a él no le importaría verme en esta situación, mis ojos se fueron humedeciendo, no quería que ellos me vieran débil—. Está llorando —comenzaron a reír, de pronto hizo que lo mirara hacia a él—. Vamos a jugar un rato contigo —traté de forcejear, mi cuerpo adolorido no ayudaba mucho—. HEY, NO SE QUEDEN PARADOS AYUDEN, MIERDA —uno de ellos me detuvo los brazos y otro me tapó la boca, mientras que los dos restantes comenzaron a desvestirme—. Ahora me doy cuenta de que tienes cuerpo de nenita... Lástima que no eres mujer, aunque dicen que no es mucha la diferencia tener sexo entre una mujer y un hombre. OH, tú lo deberías saber mejor, ya que tú lo has tenido con muchos.

—No —Allen parecía estar ebrio, se fue acercando a mí—. No... aléjate... por favor.

—Hey, Allen, ya basta estás borracho.

—Cállate o es que acaso no te sientes atraído por esto —abriendo mis piernas, yo estaba completamente asustado.

—Allen nosotros no follamos con hombres, no son nuestro tipo. Ya déjalo y vámonos —volviéndose acercar, mi reacción fue gritar por ayuda aprovechando que nadie me tapaba la boca.

—Eres un idiota... Nadie vendrá por ti —su sonrisa daba mucho miedo, sus amigos nos sabían qué hacer con él y yo temblaba, cuando comenzó a besarme por el cuello mientras sus manos poco a poco descendían sobre mi cuerpo.

—E-Eso es asqueroso, no... nooo.

—VÁMONOS, ESTE IDIOTA HA PERDIDO LA RAZÓN.

—¿Qué está pasando aquí?... HEY, QUÍTENSE DE MI LADO MOCOSOS.

—Jajaja, piensas que viendo tu cara vamos a tener miedo.

—Bien... Ustedes lo quisieron así.

Quise creer que alguien se había compadecido en salvarme, Allen por su parte se detuvo de seguir tocándome cuando escuchó los ruidos, levantándose se fue contra de aquel que había armado el alboroto. En ese lapso mis ojos se cerraron, no pude ver por completo cómo terminó todo.

—Oye... oye ¿estás vivo? —abriendo mis ojos, solo asentí—. Gracias a Dios —me levantó cuidadosamente—. Esos mocosos bastardos salieron huyendo como gallinas... Oh, tus ropas están completamente destruidas... Ah, ya sé te daré mi abrigo —aquel hombre parecía un ángel del cielo, aparte de su apariencia que lo hacía lucir tal era su voz tan cálida que me hacía sentirme protegido y cómodo, me quedé por un rato mirándolo—. Oye, oye pon tu brazo aquí —asentí nuevamente—. Bien, ahora, ¿puedes levantarte?

—Sí... —estaba adolorido, pronto volví a mis sentidos que estaba completamente desnudo—. Yo lo siento mucho, puede dejarme aquí si quiere yo iré, aaah... Solo a mi casa... Ah, su número debe de darme su número para devolverle su abrigo —mi nerviosismo me ganó.

—Calma —tocándome el hombro—. Puedo llevarte a tu casa no hay problema —sonriendo. "¿Por qué su sonrisa es tan agradable?".

En el camino nos mantuvimos en silencio, a pesar de que estaba adolorido me moría de la vergüenza. Tener a un hombre tan alto, con un bonito rostro y tan amable... "Mateus te hubieses negado".

—Aquí me puede dejar.

—Oh, aquí viven varias personas por lo que veo, estás seguro de que puedes ir solo.

—Sí, muchas gracias, sobre su abrigo...

—No te preocupes por él, puedes quedártelo —sonriendo.

—No, me gustaría...

—Shhhh, está haciendo frío, cogerás un resfriado si sigues aquí parado.

—Bien —haciendo una reverencia—. Muchas gracias —no supe qué decir más—. Hasta luego.

—Adiós, qué tengas bonitos sueños.

"Me gustaría tener un amigo así, sería genial" pero tenía que acogerme al contrato si no los niños correrían peligro. Suspirando, con cuidado fui a tomar un baño, ahora mi preocupación era cómo iba a trabajar con este cuerpo adolorido.

Encontrándome en mi cama a punto de cerrar mis ojos, recordé: "MI DINERO... DIOS MI DINERO, AAAH, MEJOR ME HUBIERA MUERTO, AAAH, POR QUÉ A TI MATEUS, POR QUÉ A TI".

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora