RECORDANDO EXPERIENCIAS DOLOROSAS

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Cuando abrí mis ojos por segunda vez sentí como unas manos suaves acariciaban mis cabellos, deseaba que fuese un sueño todo lo que había pasado—. ¿Por qué me tienes sobre tu regazo? Eso no es muy común de ti—esas suaves caricias me tranquilizaban.

—Necesita darse un baño, además quiero cambiar estas sábanas.

—¿Por qué no le disparaste? Acaso tú también tuviste miedo.

—No es el momento.

—Solo piensas en ti —me levanté con dificultad, el dolor se podía apreciar en mi rostro—. Quiero que te deshagas de todo esto, no quiero tener algo de ese tipo aquí —mis piernas temblaban, por suerte pude llegar al baño. Observé que tenía múltiples moretones y unas cuantas mordeduras en mi cuerpo, quise romper el espejo al verme en ese estado. Me odiaba a mí mismo, me odiaba por no hacer absolutamente nada no tener las fuerzas suficientes para matarlo porque tenía tanto miedo "Yo no soy así" mientras me abrazaba a sí mismo.

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A la edad de dieciocho años, yo estaba bajo su mando después de encontrármelo en su gran empresa. Al ingresar a ese lugar, yo todavía era considerado un salvaje mi carácter era terrible, lo cual a él no le gustaba. Por ello, se olvidó del trabajo anterior que había postulado y me colocó como un simple trabajador de limpieza que a veces no iba a trabajar, según él lo hacía porque tendría que inculcarme para hacerme un hombre hecho y derecho. Sus enseñanzas fueron muy severas, había ocasiones que me mantenía encerrado en una habitación y con un listado de libros que tenía que leer durante todo el día, cuando él volviese me tomaría un examen, si en caso no respondía las preguntas era castigado de la peor forma, esa es una de las razones del por qué llevaba las cicatrices en mi espalda. Con el paso de los meses, mi carácter y comportamiento fueron mejorando, ya no eran tan salvaje que digamos. Hubo un día, donde el viejo me dejó ir a trabajar, odiaba ese trabajo, pero tenía que tener paciencia, él me había prometido que me ascendería conforme iba desenvolviendo. Mientras limpiaba una de las salas de reuniones, recibí un llamado de mi superior donde me indicaba que necesitaba alguien para que limpiase urgente la sala de reunión principal. Fui lo más rápido posible, ya que al viejo no le gustaba la demora.

Cuando ingresé estaban reunidos unos cuatro hombres muy elegantes que se detuvieron a mirarme mientras yo los saludaba.

—Buenas tardes...

—Oh, Nam. Por favor, limpia esto, rápidamente.

—Sí, señor.

—Bueno, continuemos señores.

Los cinco hombres al parecer discutían acercar de una propuesta que no estaban conforme todos, por lo que escuché había estado como tres horas sentados sin ponerse de acuerdo. Asimismo, noté que uno de ellos me miraba de manera lujuriosa, eso me hizo dar escalofríos sentía aversión al ser tocado por otros hombres, solo podía soportar que lo hiciera Luis porque era parte del trato que habíamos hecho para convertirme en un hombre poderoso.

—Y-Yo creo que sería más conveniente si los cinco unieran fuerzas para crear un nuevo producto —los cinco hombres se quedaron en silencio mientras me miraban, yo no sabía dónde mirar—. Ya terminé presidente, me paso a retirar —no espere ninguna indicación.

"AH, DIOS, QUÉ DIABLOS FUE ESO, NAM" mientras comía algo en la hora de mi descanso. Cuando mi superior me llamaba era porque el presidente me buscaba en su oficina ya que, quería conversar conmigo. Confirmé que ya era hombre muerto y seguro iba a castigarme haciéndolo en su oficina "AAAAH, TRÁGAME TIERRA".

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