CONFIRMACIÓN

10 0 0
                                    

"Terminamos" aún recuerdo aquella palabra tan simple y dolorosa que puede ser, yo la amaba tanto. Sin embargo, ella no parecía sentir lo mismo que yo... fui tan tonto en entregarle todo de mí, perdí muchas amistades por culpa de aquella mujer que ahora se divierte con sus amigas como si nada hubiese pasado.

Hace algunos días, un conocido mío la vio divertirse en una discoteca con un tipo muy atractivo, tal vez nunca dejó las malas costumbres cuando estuvo conmigo. Muchos me dijeron que ella me engañaba, no quise creer cuando ella me demostraba su "amor" mientras teníamos sexo "Fui un completo tonto por enamorarme de ti".

-Sabes, nuestra relación no puede seguir así -su mirada indiferente.

-¿Qué quieres decir?... Jana.

-Terminamos.

-¿Por qué? -con mi voz tan suave y calmada.

-No lo sé, no es que seas un mal chico, solo que soy yo la que tiene el problema, no creo que merezca tu amor. Lo siento.

-¿Tienes a otra persona?

-No, Naim, claro que no.

-¿Por qué? -pregunté nuevamente, necesitaba oír una respuesta que me haga entrar en razón que Jana no me amaba más.

-Lo siento Naim, me tengo que ir-traté de detenerla sujetando su mano, pero ella se soltó-. Adiós.

"Adiós" no podía odiarla era tanto el amor por ella. Tomé la decisión de irme de Alemania hacia Australia, justo para mi buena suerte se había presentado un trabajo de mi señora ya era un buen tiempo que no me contactaba con ella, no sé qué trabajo pesado me iba a encomendar, pero era la oportunidad de olvidarme de ella.

Estaba frente a su presencia, mi señora ya era una persona de edad, contaba con una gran fortuna por delante, tenía muchas empresas por todo el mundo. Qué decir de su carácter era bastante autoritaria y no le gustaban los errores, simplemente le gustaba la perfección.

Recorriendo la mansión donde residía, pude apreciar un gran cuadro que ocupaba parte de la pared, supuse que era mi señora con sus tres hijos, dos varones y una mujer, pero por los rumores que había escuchado uno de ellos ya había sido desheredado de la familia, realmente parecía un dios aquel muchacho, su rostro aparecía en varias fotos, tenía más retratos de él que de sus otros dos hijos, todo esto era extraño. Cuando entré a su despacho, ella se encontraba sentada en su escritorio fijando su mirada sobre mí, con una sola señal hizo que me acercara.

-Eres perfecto para este plan Naim.

-Buenas mi señora, en que la puedo servir.

-Quiero que vayas a este lugar, me dijeron que tuviste una rotura amorosa, esto te hará bien -abriendo mis ojos, cómo es que sabía todo esto, acaso me estaba siguiendo-. Eres como parte de mi familia Naim, así que es lógico que me preocupe por ti.

-Gra-Gracias mi señora.

-El plan es este...

------------------------------------------------------

-¡Vamos! ¡Más fuerte! -este entrenamiento era cansado, mi cuerpo ya se había recuperado en estas dos semanas, pero el sentimiento de culpa no se había quitado aún-. En serio que parece una nenita, mi señor.

-No soy una nenita -lo golpeé tan fuerte en el abdomen que lo hice hasta toser al pobre Mark, quien se encontraba tirado en el suelo-. Te dije que no me subestimes - me acerqué a él para ayudarlo a levantarse.

-Comprendo, jamás debo subestimar a mi jefe -ambos reímos-. Poco a poco está mejorando en el combate de cuerpo a cuerpo.

-Gracias a tu ayuda.

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora