"Llegaré tarde a la oficina si sigo a este paso".
No entendía por qué tanto alboroto en cada piso, además había personas que nunca los había visto antes. "Esto es raro", tal vez eran gente del viejo. Llegando casi a la puerta de mi oficina escuché una voz muy, pero muy familiar.
—¡NAM! —volteando de inmediato con los ojos muy abiertos de la sorpresa—. ¡NAAAM!
—¡¿HÉCTOR?! —no pude aguantar la risa de la emoción y encima, él tenía los brazos abiertos esperando un abrazo por parte de mí. No esperé ni un segundo en correr hacía él y abrazarlo, lo extrañaba mucho.
Era bastante tiempo que habíamos perdido contacto, ya sea porque ambos estábamos muy ocupados. Héctor era mi mejor amigo, lo conocí a los dieciocho años en este edificio cuando trabajaba de limpiador, ambos estamos enlazados con el viejo, pero de distintas formas. Héctor no tiene que soportar ser abusado todo el tiempo, es una parte que envidio de él.
—Ha pasado mucho tiempo Nam, has cambiado demasiado.
—No mucho que digamos, y ¿tú cómo has estado? —Héctor por su parte había cambiado, no quedaba nada de aquel muchacho de vestimentas oscuras y rasgadas que lo hacían verse como un delincuente, ahora ya era un hombre muy elegante, supongo que muchas mujeres deben estar detrás de él o tal vez tenga ya una novia o esposa.
—Yo muy bien —con una gran sonrisa—. Tenemos bastante de qué conversar.
—Sí, ven pasa a mi oficina —Héctor mirando a mis empleados que nos observaban muy asombrados, nunca me habían visto así de feliz—. ¿Qué te parece a nuestro lugar secreto? —guiñándome el ojo.
—Me parece una estupenda idea —en ese momento olvidé el trabajo acumulado que debía de hacer.
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—¿Cómo vas con el trabajo, mi querido Mateus? —siempre tenía la costumbre de hacer eso Naim, de susurrarme al oído, realmente me ponía muy nervioso, mis orejas se tornaban rojas de la vergüenza.
—U-Un p-poco cansado, pero bien —poniendo un brazo alrededor de mis hombros para que no siguiera huyendo, ya que yo me iba alejando muy lentamente.
—¿Cansado? —"Eres muy tonto, Mateus"—. Eres un muchacho que no sale, solo te he visto trabajo-casa, casa-trabajo. Eres muy aburrido —mirándome a los ojos.
—E-Es que no conozco muy bien el lugar.
—Excusas, te apuesto que así eras cuando vivías en la ciudad —me quedé callado—. Acerté... Bien, muchachito, hoy es nuestra noche de solteros —sus formas de expresarse eran muy graciosas, siempre hacían reír a las personas que estaban a su alrededor.
—¿A dónde iremos?
—Ya verás —dándome una palmadita en el hombro—. Te recogeré a las ocho en el lugar donde vives.
"Solo espero que en verdad pueda divertirme".
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—A las ocho y media mi príncipe, te quiero ver allí, es cumpleaños de una de mis amigas... Así que quiero que vayas lo más guapo posible.
—Bien, Jana, estaré lo más puntual, besos cuídate —al cortar di un largo suspiro.
—Ooh, Jana, esa no es la hija del viejo —lo afirmé desinteresadamente—. Déjame, déjame adivinar... Te vas a casar con ella.
—No es gracioso, además no es ninguna adivinanza, todo el mundo sabe que voy a casarme con ella.
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El Contrato
Teen FictionEl contrato cuenta la historia de un joven alimentado por el deseo de venganza, hará todo lo posible para tratar de acabar con su medio hermano. Utilizará los medios que crea convenientes para tenerlo a sus pies, sin darse cuenta de que poco a poco...