Estábamos en la habitación de un hotel, ambos parecíamos muy diferentes de lo habitual. Permitía a Mateus, que hasta hace poco lo consideraba como mi esclavo, me tocara, aunque parecía estar desesperado porque tocaba por todos lados de mi cuerpo, no me sentía incómodo al contrario me gustaba mucho.
—E-Espera un poco, no te apresures —sus ojos azules hicieron contacto con los míos, puso una mirada tan adorable y una sonrisa que cualquiera en mi lugar se hubiera derretido.
—Yo-Yo lo siento —entre risas—. Es la primera vez que usted me deja tocarlo y quiero hacerlo lo más pronto posible antes que usted cambie de decisión y termine por golpearme.
—En serio... Te has vuelto loco.
—Sí, loco de amor por usted —ambos sonreímos como tontos.
No pude resistirme a las ganas, así que mientras lo besaba iba quitándole lentamente el vestido negro que llevaba. Él tampoco se quedó atrás y fue retirando mi ropa con cuidado, pude notar a pesar de que él estaba borracho su nerviosismo. Mi cuerpo realmente quemaba, sentía calor, quería tomarlo, poseerlo, hacerlo gritar mi nombre, aunque esto sería un incumplimiento en el contrato, además esta no sería una ocasión adecuada, quería darle algo de romanticismo en este momento, aunque no sea muy bueno en eso. Pronto, lo fui dirigiendo hacia la cama con cuidado, Mateus continuaba tocándome con sus suaves manos, era una delicia para mí. Me quedé por un momento contemplando sus intensos ojos azules, besando su rostro para luego descender por su cuello hasta detenerme en sus pezones rosados, comencé a lamerlos y chuparlo, pude oír un pequeño gemido. Mientras tanto, él frotaba sus piernas en mis caderas y sus manos tocaban mis cabellos.
—Aah... Aah, mmmgh
—Veo que abajo necesita algo de atención también —su miembro se veía que estaba tan duro como el mío. Era la primera vez, que disfrutaba verdaderamente del sexo, acercando mi boca a su miembro comencé a chuparlo, escuchaba los gemidos salir de la boca de Mateus y los movimientos de desesperación.
—Aaah... mmmgh... aaah... d-director cuando escuché la última palabra, quise que la reemplazara por Nam por esta única vez, así que le dije que hiciera eso, sorprendido le costó hacerlo, tímidamente—. Na-Nam...
Pronunciar mi nombre hizo que me pusiera más condenadamente duro de lo que ya estaba, no quería perder más tiempo con él, abrí sus piernas, Mateus se sorprendió por mi repentino acto, su pequeño agujero rosado se abría y cerraba, solo sonreí mientras que él se tapaba el rostro de la vergüenza—. Hey... No te di una orden de taparte el rostro, acaso no quieres mirar el rostro de tu hombre amado quien te va a penetrar —sus orejas se pusieran aún más rojas, con cuidado retiré sus manos de su rostro y tomé su mentón—. Quiero que me mires está bien —él asintió—. Bien... Siempre quise hacer esto —comencé por lamer su agujero con cuidado.
—E-Espere... Mmmgh... Eso es demasiado... Aaah, ve-vergonzoso... Aaah —no escuché sus súplicas, yo estaba sometido en mis más profundos deseos, viendo que ya estaba un poco húmedo en su zona introduje dos dedos para relajar su entrada, ya no podía soportar las ganas de penetrarlo de una buena vez, así que con mi otra mano comencé a mover mi miembro. Por su parte, Mateus estaba inducido también en el deseo y placer.
—Ni se te ocurre correrte.
—N-No puedo soportarlo, siento que me quema mi interior... Yo quiero...
—No es necesario que lo digas, tengo que hacer esto porque no quiero que te desgarres como las últimas veces que lo hemos hecho.
—Pe-Pero... mmmgh... —con un pequeño sollozo—, quiero tenerlo dentro de mí, antes de que usted cambie de opinión y me abandone como siempre lo hace.
—Cállate, lo meteré de una vez... Yo tampoco puedo resistirme.
Muy despacio fue introduciendo mi miembro, lo hice con el afán que Mateus disfruté lentamente y combiné el dolor con el placer. Una vez que estuve adentro, lo sentí muy caliente y apretado su interior, eso fue demasiado excitante para mí, lo miré y él tenía sus ojos entrecerrados con la respiración entre cortada, me acerqué hacia él y mientras lo penetraba lentamente, le susurré—. Eres realmente exquisito, ahora mismo quiero comerte —abriendo sus ojos y lanzando unos pequeños gemidos, tomó mi rostro y acercándolo al suyo, me dio un beso, aunque su beso fue torpe por su inexperiencia, realmente fue el beso más inocente y hermoso que había recibido, la intensidad del beso se fue incrementando cuando nuestras lenguas se fueron entrelazando entre sí. Por otro lado, mis movimientos también se fueron intensificando más, lo cual a Mateus no parecía incomodarle por la forma como él los recibía—. Creo que es momento de cambiar de posición —retirando mi miembro, él parecía aún no entender lo que trataba de decirle—. Quiero que te pongas sobre mí y ya sabes —acostándome sobre la cama, Mateus se levantó y haciendo lo que le ordené, pude apreciar que sus mejillas estaban sonrojadas—. Aún continúas ebrio.
—Yo estoy realmente avergonzado.
—No era esto lo que querías, poseerme, pues aprovéchame que estoy de buen humor.
—Esto es realmente nuevo para mí.
Sentando sobre mí, sin saber qué hacer—. En serio, que eres un completo desastre.
—Yo-Yo lo siento —entrando en pánico—. Haré mi mejor esfuerzo.
—Quiébrate un poco o ven más a mí... Respira un poco lo introduciré nuevamente y luego te moverás por tu cuenta —mientras estaba sobre mi pecho, vi como sus puños se endurecían cuando lo estaba penetrando nuevamente—. Listo... Ahora siéntate y cuando comiences a moverte, hazlo lento pronunciando mi nombre con cada embestida.
—Sí...
—¿Qué estás esperando que no lo haces? —sin decir ni una sola palabra, se acercó y me dio un beso casto.
—Ahora sí lo haré.
Sus movimientos lentos y precisos era la mejor vista que podía tener, y peor aún escuchar pronunciar mi nombre con su voz tan dulce y acogedora—. Nam... Nam... aaah... mío, solo mío... Nam —no duró mucho en esa posición porque mis ganas de poseerlo me ganaron y lo atraje hacia abajo, tan solo faltaba unas pocas embestidas para venirme dentro de él, las embestidas fueron más fuerte, ya que se podían escuchar el contacto de nuestras pieles, fui mordiendo cada parte de su piel quería dejarle marcas en esta noche, sus gemidos se hicieron más fuertes, eran como una melodía para mis oídos. Al poco rato, ambos como si estuviéramos coordinados nos corrimos al mismo tiempo. Después de que nuestras respiraciones se calmaron un poco, estuvimos en silencio contemplándonos el uno al otro. Hasta que Mateus fue el primero en emitir una palabra.
—Gracias...
—¿Por qué?
—Por esta maravillosa noche... Siento que mañana voy a despertar de este sueño y volveremos a la misma relación que teníamos antes.
—Solo trata de aprovecharme al máximo.
—Entonces... Puedo abrazarlo y quedarnos dormidos hasta mañana así.
—Si tú quieres —él no esperó ni un segundo y se acurrucó entre mis brazos.
—Buenas noches, Nam.
—Buenas noches, Mateus —depositándole un beso en su frente.
"No sé hasta dónde llegarán mis sentimientos por ti".
ESTÁS LEYENDO
El Contrato
Teen FictionEl contrato cuenta la historia de un joven alimentado por el deseo de venganza, hará todo lo posible para tratar de acabar con su medio hermano. Utilizará los medios que crea convenientes para tenerlo a sus pies, sin darse cuenta de que poco a poco...