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FERKON

La observo desde la mesa donde habitualmente me encuentro sentado durante  el desayuno acompañado de mis amigos, me duele demasiado el haber sido tan idiota y haberla perdido.

Trato de convencerme que el tiempo logrará que me perdone tras haber cometido tantos errores, pero en mi interior sé bien que sólo me engaño. Mi Cami es demasiado orgullosa como para volver conmigo.

Aún resuena en mi cabeza su amenaza al pedirme que me alejara de ella, no la juzgo por haber dicho tal tontería, fui quien la orilló a advertirme de tal manera, pero sé perfectamente que mi Cami sería incapaz de involucrarse con nadie, me ama, sé que me ama tanto como yo la amo a ella, sólo que la he dañado tanto que le será difícil perdonarme, aún así, intento persuadirme cada día para ser paciente y no cometer más estupideces.

Es una tortura verla a diario en el colegio y en recurrentes ocasiones en su casa cuando vuelvo de ver a Franko.

—¿Cómo se encuentra Franko? —la voz de Rodrigo me saca de mis pensamientos y por fin dejo de ver a mi hermosa Cami.

Me encojo de hombros antes de responder. Mi hermano se encuentra sumamente afectado después de lo ocurrido con Pam, no es para menos, perdió a la chica que amaba y al bebé que esperaba, parece todo tan irreal, cómo podríamos imaginarnos que una chica que demostraba tal altivez y seguridad, estuviese hundida en una oscuridad tan profunda como para arrancarse la vida.

Ahora ya no podemos hacer nada, ella ya no se encuentra y me temo que todos cargaremos con esa parte de culpa que nos corresponde, fuimos egoístas al no ver su dolor, y ahora ya no podemos hacer nada, el tiempo no puede retroceder.

Suspiro sabiendo que mi hermano no saldrá de la crisis que ahora enfrenta, ha decidido refugiarse en su dolor apartándose de todos, parece haber perdido el apetito y no sale de su habitación, es desesperante verlo en esa situación.

—Terrible —respondo al fin—. Sigue destruido y lo peor es que no quiere que ningún profesional lo ayude a superar lo de Pam, se aferra a su dolor como si quisiera flagelarse con él —hablo cabizbajo.

—Iré a verlo —sugiere.

Todos mis amigos guardan absoluto silencio escuchando la breve conversación que Rodrigo y yo sostenemos, sé que a todos nos duele el que Pam se haya quitado la vida porque crecimos junto a ella. Y es ahora cuando comprendo que cada uno se encerró en su mundo de adolescente hormonal cegándonos al dolor por el que ella atravesó tras el abandono de su madre.

Sus últimas palabras aún calan mi alma, el que dijera que sólo era como un objeto para nosotros mientras ella se encontraba tan rota, fui tan egoísta al intentar conquistarla en lugar de continuar siendo su amigo.

—No te recibirá —le hago saber—. No sale de su habitación y algunas tardes también se niega a recibirme.

—Espero que pueda salir pronto de esto —desea Arturo con el mismo tono de desánimo y preocupación.

—También lo espero, no quiero que se siga consumiendo en el dolor.

Respondo perdiendo la mirada en tanto la imagen de mi hermano se posesiona de mi cabeza.

***

Siento las clases pasar lentas como sucede desde mi ruptura con Camila, venir al colegio es como ir a un cuarto de torturas, puedo verla a lo lejos sonreírle al idiota de Fernando y conversar con otras personas como si a ella no le afectara que ya no estemos juntos.

VUELVE A MÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora