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Un año ha transcurrido desde que Fenrir me pidió matrimonio, he organizado todo con ayuda de Mar y Karla. Fenrir como siempre sólo ha dicho que sí a cada uno de mis gustos y todos mis caprichos para poder tener la boda de mis sueños.

Me siento nerviosa sabiendo que en un par de minutos ya seré la esposa del amor de mi vida. Sonrío viéndome al espejo en tanto Karla y Mar me ayudan con el velo.

Por fortuna Karla sobrevivió a la golpiza que Marcél le propinó y al disparo que me vi obligada a darle creyendo que con ello estaba salvando la vida de mi bebé.

Mar tuvo que pasar un par de años en un psiquiátrico, la visitaba tanto como me era posible, puesto que en su condición muchas veces tuvieron que aislarla para que no se hiciera daño, fueron tantos años haciéndose creer que amaba a Marcél que fue difícil sacarle esa idea de la cabeza, era tan doloroso verla perdida en ese falso amor, por fortuna ahora se encuentra bien, y como todos, tratando de olvidar el pasado que ese monstruo nos obligó a vivir.

—Tu vestido es precioso —Mar me ve de arriba abajo cuando ya me han puesto el velo y la tiara—, eres hermosa, Camila —me abraza estrujándome brevemente.

Me alejo de ella para ver una vez más a través de las ventanas, observo pasillo esponsalicio, he deseado que todo fuese con un toque bohemio y vintage, y me siento sumamente satisfecha con lo que la organizadora ha creado en el espacioso lugar, no hay un sólo rincón de la mansión de los Prats que no grite que es mi boda, debía ser todo perfecto dejando mi toque en cada detalle.

Al principio quise que nuestra boda fuese en Quesbo, no consideraba que hubiese mejor sitio para realizar nuestra unión matrimonial que la isla donde he sido tan feliz, pero ello se hubiese limitado a que sólo asistieran los que allí residen puesto que nadie ajeno a la ANN debe conocer lugar aunque muchos sepan de su existencia.

Así que decidimos que fuese en Ainrofilac para que ninguna de las personas que se han vuelto tan importantes en nuestra vida falten al día más maravilloso de mi existencia, Ainrofilac es como un pequeño paraíso y al final me encanta que sea aquí mi ceremonia. Les pedí a Mar y a Karla que me ayudasen a organizar todo, y fue allí cuando uno de los chicos Prats le dijo a Mar que estarían gustosos de que mi boda fuese en una de sus tantas mansiones, no pude negarme a aceptar tal cortesía porque esa familia nos ha ayudado sobremanera.

—No porque te asomes mil veces a la ventana las flores cambiarán de sitio —se burla Karla alejándome de la ventana—. Todo esta espectacular, Camila —trata de calmarme y sonrío.

Ahora camino hacia el espejo para verme nuevamente, confieso que jamás me había sentido tan nerviosa.

—Camila, estás bellísima. Nada tonto Fenrir al conquistarte —comenta Mar al acercarse a mí para arreglar un poco la tiara de flores que decora mi cabello.

—Bueno, es que ciego no está —aporta Karla.

Las tres reímos y nos abrazamos. Ellas son como mis hermanas, nos conocimos en medio del caos y el dolor, forjando entre nosotras lazos indestructibles. Sólo esperamos que cuando encontremos al malnacido de Marcél, Greta se encuentre con vida porque ella también merece una segunda oportunidad, una que Sara no pudo tener al igual que muchas otras chicas cuyos cuerpos fueron encontrados en diversas propiedades de Marcél.

—Soy yo la afortunada al tenerlo conmigo —digo cuando dejamos de abrazarnos.

—Bueno, no vamos a negar que el teniente está como para comérselo todos los días —habla Karla haciéndome sonrojar—, deberías pedirle que se revierta la vasectomía —sugiere despertando en mí, curiosidad.

Karla ha decido estudiar medicina, es una chica que comprendió de muy mala manera que el dinero fácil no es la mejor opción y ahora trabaja duro para pegarse la universidad, sabemos que no está siendo nada fácil para ella pero se ha negado a recibir ayuda de mi abuelo. Ella no deja de reprocharse el haber estado con Marcél a causa de su ambición.

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