-98-

661 165 25
                                    


Inspecciono con las manos temblorosas el rostro de mi hija mientras todo es un sin fin de llantos. Agradezco al cielo que esta pesadilla por fin allá terminado y ella se encuentre a salvo.

La abrazo estrujándola entre mis brazos llorando tanto como lo hace ella. Siento que otros brazos nos envuelven a ambas reconociendo que son los de Fenrir, él deposita un beso sobre mi cabello estrujándonos aún más.

—Las amo —su voz suena afectada.

Mi hija me suelta para abrazarlo únicamente a él, sonrío entre llanto ante la escena, es nuestra pequeña a la jamás imaginamos que tendríamos entre nuestros brazos. La vida ha sido sumamente cruel con nosotros, pero ahora nos compensa dándonos la fortuna de tenerla con nosotras y sabiendo que ya no habrán más pesadillas por las cuales preocuparnos o por lo menos espero que las nuestras hayan llegado a su fin.

Y tras tantos años sin saber de Marcél lo más probable es que esté muerto ya sin tener recursos para seguir provocando daño a quienes jamás merecimos ser alcanzados por su maldad.

Veo a mi hija caminar hacia donde Félix se encuentra de rodillas sobre el piso aún abrazando el cuerpo sin vida de la chica que Fergus tenía cautiva.

Fernando se encuentra a unos pasos de Félix completamente enmudecido, sólo observándolo como si no pudiera articular palabra, igualmente llora en silencio, camino hasta él y lo abrazo, no me corresponde, sólo solloza.

Es doloroso verlo así, el que todos estemos en esta situación donde dos jovenes ahora están sin vida.

—Lamento haber hecho pasar por esto a tu hija —dice viéndome cuando dejo de abrazarlo—. Lamento haberlos hecho pasar por esto a todos —presiona sus labios entre sí para ahogar su llanto—. Siempre he tomado malas decisiones —ve por un instante hacia Félix—. Quería ayudar a mi hermano y ahora la chica a la que amaba esta muerta y todo es mi culpa, debí controlarme, ella estaría...

—No vas a culparte por esto, Fernando —acuno su rostro obligándolo a verme.

Siento la presencia de Fenrir quien enseguida se coloca de cuclillas a mi lado para dar apoyo a su amigo.

—Ojalá me hubiese muerto cuando los hombres de Pedro me dispararon.

—No digas estupideces —habla Fenrir—. No pueden culparse por esto, no podemos —la voz de Fenrir se quiebra provocando que voltee hacia él.

Fenrir es un hombre que difícilmente se rompe, suele mantenerse hermético mostrando su temple inquebrantable y el verlo así me genera sorpresa y dolor a la vez.

Acerco mi mano hasta tomar la suya, me sonríe con desánimo, sé que el haber disparado a Fergus le ha desestabilizado.

—Todos aquí sabemos quien nos orilló a esto —hablo esperando que ambos entiendan que nadie aquí es culpable de nada—. Lo hemos superado antes y vamos hacerlo también ahora.

Fenrir voltea nuevamente hacia mí y me acerco a sus labios para darle un ligero beso antes de ir con Félix.

—Nunca quise dañarte —escucho decirle a mi hija cuando estoy a un par de pasos de ellos.

María no demora en abrazarlo cuando aún él se mantiene aferrado al cuerpo de la chica.

—Lo sé, ahora lo sé —responde ella con la voz afectada— Y  lamento tanto que todo terminara de esta manera, Félix! ¡En verdad lo lamento! —mi hija se une al llanto de mi hermano haciéndome llorar de nuevo.

—Quise mantenerte a salvo, busqué la manera de que Fergus se mantuviera alejado de ti después de saber que habías aceptado a Bruno, pero dejé que Sara estuviese expuesta, no me imaginé que la usaría en mi contra para orillarme a traerte con él. Yo no quería que ella pagara por mis errores, yo la amaba. Es mi culpa, todo esto es mi culpa —se reprocha.

VUELVE A MÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora