VUELVE A MÍ

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Soy un ir y venir en mi departamento desando que todo esto termine de una vez, tengo tanto miedo de que todo se descubra y poner en mayor riesgo a mi hija.

Tras haber manipulado las pruebas de laboratorio ya sólo me queda esperar a que Bruno la rechace y pueda alejarse de él para que quien quiera que esté detrás de todo esto nos deje en paz.

Álvaro me prometió que todo terminaría una vez que mi hija y Bruno terminaran porque es así como lo ordenó el sujeto que le paga por traicionar a la agencia.

Escucho el intercomunicador sonar e intuyo que es Fernando quien ha llegado después de decirme en el laboratorio que quería verme en mi departamento, no puedo negarme a recibirlo cuando gracias a él las pruebas pudieron ser alteradas.

»»Juvencio:
Señora, hay un sujeto
llamado Fernando
que pregunta por usted.

Habla el portero del edificio a través del interfono cuando respondo.

««:
Déjalo pasar.

Es lo único que digo al colgar antes de que él pida mi autorización para dejarlo subir. Me siento molesta y agradecida a la vez, Fernando al principio se negó a ayudarme diciendo que aquello era una locura y más aún cuando no pude darle explicaciones al pedirle su apoyo. Creí que me delataría con Fenrir o con Bruno, pero por fortuna no ha sido así.

Pensé en verdad que esta tarde mi mentira sería descubierta y con ello pondría en mayor riesgo a María y Fenrir, pero gracias al cielo, Fernando se compadeció de mí sin saber lo que me orilla a hacer tal atrocidad.

Escucho un par de golpes a mi puerta y abro enseguida. No me saluda.

—Me explicarás ahora mismo el porqué estoy siendo tu maldito cómplice de algo tan ruin.

Habla furioso al adentrarse a mi departamento. Cierro la puerta enseguida y camino hasta donde ahora se encuentra viéndome furioso.

—Fernando, yo...

—Sin rodeos, Camila. Acabo de destrozar a uno de mis mejores amigos —enuncia enfurecido—. No tienes idea de lo que significa eso. Me siento tan miserable por ello, Bruno confía en mí y le estoy alejando de la mujer que ama.

—Siéntate —le pido sin que él me haga caso, sólo sigue viéndome de la misma manera haciéndome saber que debo hablar antes de que pierda por completo la paciencia—. María si es mi hija...

—Y la de Fenrir, no de Bruno —habla interrumpiéndome—, y es mas que obvio que el Lobo no sabe nada de esto, ¿o sí?

Llama a Fenrir como solía hacerlo cuando era encubierto en La Santa, Fernando aún suele llamarlo así con frecuencia.

Niego con la cabeza bajando la mirada teniendo mis ojos ya empapados en llanto, soy un ser miserable y lo sé.

Le explico todo a detalle cuando no he tenido el valor de decirle a Fenrir la verdad, sé que Fernando será objetivo y sabiendo todo tratará de ayudarme a mantener a salvo a las dos personas más importantes en mi vida. Y una vez más, es él quien me ayuda a que Fenrir no termine siendo asesinado por un sujeto sin escrúpulos.

Fernando deja un beso en mi frente como despedida y me abraza antes de marcharse, no sin prometerme que me ayudará con esto, pero a cambio debo decir la verdad a Bruno y a María en cuanto haya encontrado una solución.

—Sólo espero que el Lobo no quiera matarme después de esto —intento sonreír ante su comentario.

—Fernando, no sé cómo podré pagarte esto —hablo llorando.