EXTRA 1

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FENRIR

Quisiera arrancarle a golpes su estúpida sonrisa, pareciera que hubiese obtenido alguna victoria sobre mí el muy idiota, se encuentra con las manos ocultas en los bolsillos delanteros de su pantalón tratándose de ver relajado.

Prometo que me sería muy sencillo el desfigurarlo a golpes, detesto su egocentrismo creyéndose un ser indispensable en el planeta.

—Ella cree que será un reencuentro de generación —me hace saber ante mi negativa.

Lleva días insistiendo con lo mismo a través de Fernando, dice sólo pretender que Camila y Monse vuelvan a verse, que sabe la amistad tan grande que entre ellas existió cuando eran un par de adolescentes. Habla como si él conociera más a mi pequeña que yo, absurdo.

—Pues dile la verdad —hablo molesto.

Si tanto deseo tiene que mi pequeña y Monse vuelvan a verse, no veo la necesidad que tenga que ser una sorpresa para ambas. Bien podrían ir solas a tomar un café o que sé yo, ellas tienen mucho de que conversar y el lugar menos indicado es un bar con una decena de conocidos que seguramente no las dejar cruzar más de dos palabras. Además, por qué carajos piensa que es necesario que él esté en medio de todo, pero conociéndolo, sólo espera ser protagonista, como siempre.

No sé en qué maldito momento nuestros destinos volvieron a cruzarse con este idiota, a la vida sin duda le encanta reírse de mí.

—Será más emotivo para ambas si es una sorpresa —interviene el idiota de Fernando secundando la idea de quien ahora resulta también es su amigo.

No se supone que debiera estar de mi lado, pero mínimo que espero es que cierre la maldita boca si no pretende ser neutral.

El idiota de mi supuesto amigo se la pasa repitiendo que Ferkon no es tan odioso como ambos creíamos, que después de conocerlo y aclaro que eso ha sido en los últimos meses, se ha dado cuenta que es un buen tipo.

—¡Mejor cierra la puta boca, Fernando! —él ríe brevemente sabiendo que detesto la idea que tengamos que soportar a Ferkon en más lugares que los que de por sí no podemos evitar.

Aún me cuesta el ver a Ferkon tan a menudo, detesto que sonría como un idiota cuando ve a Camila, pareciera que nunca la superará y eso me revienta. Fernando dice que son imaginaciones mías como si sus palabras de defensa fuesen a volverme ciego para creerlas, el haberse convertido en amigo de Ferkon lo está convirtiendo en un idiota igual que él.

Camila dice lo mismo, que sólo son imaginaciones mías, que Ferkon es feliz al lado de su esposa. No dudo que sea así, pero ello no evita que el cabrón siga siendo un idiota que de vez en vez quiera dedicarle una mirada a mi pequeña sin importar ser descubierto.

Y como si para la vida fuese su maldito chiste, no sólo es el hermanastro del idiota de Bruno, ahora también es el hijastro del coronel. Porque él y Leonora han contraído nupcias a los pocos meses de conocerse, dijeron que a su edad no se puede perder el tiempo en formalismos sociales cuando saben que pueden compartir su vida juntos siendo tan compatibles, eso es algo que me alegra por el coronel, desde que lo conozco había estado sólo, y él que haya conocido a Leonora por medio de María y que se entendieran tan bien, ha sido muy buena fortuna. Y reitero, lo único detestable es que con ello tenga que ver más a menudo al "sonriente" Ferkon.

—¡¿Qué es lo que en realidad te preocupa?! —levanta un tanto la voz

—¡Di una estupidez y te rompo la cara! —lo amenazo.

—¿Pueden dejar de gritar? —interviene Bruno al adentrarse al consultorio de Fernando—. Sus gritos se escuchan hasta la sala de espera —reprocha.

—Fueron ustedes los de "la grandiosa idea" de hablar aquí —verbalizo sarcástico acusando a Fernando y a él, el haberme pedido que viniera al consultorio de Fernando para tratar de convencerme de la "fabulosa" idea de Ferkon.

—No los creí un par de bestias incivilizadas —nos acusa Fernando.

No me portaría como un incivilizado sino fuese por el idiota de Ferkon, que siempre me saca de mis casillas sin esfuerzo alguno.

—Okay, si no quieres que Monse y Cami...

—Camila, se llama Camila —interrumpo y él sonríe.

—Dime, ¿es por qué no te agrada la idea que Camila y yo estemos en el mismo lugar? Porque eso es muy absurdo, igual somos parte de la misma familia y nos vemos muy a menudo —sonríe—. ¿O es por qué Monse..?

—¿Monse qué, idiota? —lo empujo.

Fernando interviene de inmediato colocándose como barrera entre ambos, no dice nada, sólo me observa como si lo tuviésemos fastidiado.

—¿Crees que ya olvidamos que Rodrigo y tú se agarraron a golpes por ella?

—No me jodas —interviene Fernando.

Sabe al igual que yo, que el comentario de Ferkon es absurdo.

—No entiendes nada, idiota y tampoco pretendo explicarte —me alejo.

A decir verdad no me genera ninguna incomodidad lo que pasó entre Monse y yo cuando fingía ser un adolescente de preparatoria, Camila sabe que su amiga nunca me interesó en realidad y que todo era para parecer uno más de ellos. Además, lo que Ferkon no sabe es que ella visitaba a Camila en el departamento de Yeda después que acusara a Ernesto de acoso, no será algo nuevo para mí el verla, Monse también fue mi amiga y sabe que Camila y yo estamos juntos.

—Se supone que eres un sujeto con madurez, Camila siempre dice eso de ti —reprocha Fernando—, y mírate, te compartas como un idiota adolescente celoso de su novia —acusa.

—Tengo la madurez que debo tener, pero no soporto al idiota de tu amigo —señalo a Ferkon.

—Como sea, no insistiré mas. Si decides ir, nos reuniremos en el salón privado del "At Dusk". "A Rodrigo le dará mucho gusto verte" —se burla antes de marcarse del consultorio.

Por lo visto el idiota este no esta al tanto de nada, el zoquete de su amigo y yo nos encontramos decenas de veces en el hospital mientras César se encontraba en coma, él y yo no nos convertimos en amigos, pero por lo menos lo soporto mas que a él.

—Es un idiota —expreso a su espalda viendo hacia Fernando y Bruno que parecen querer tragarse una carcajada.

—Los dos son exactamente iguales —aporta Fernando.

—Diría lo mismo, pero eres el padre de mi prometida —se mofa Bruno.

—Váyanse al carajo, ustedes y su estúpida reunión —sentencio antes de salir. Los escucho reír a ambos mientras doy un portazo.

No sé qué carajos les causa tanta gracia. Sé que no son ideas mías, he notado como Ferkon observa a mi pequeña cada vez que nos encontramos y yo he tenido que aguantarme las ganas de molerlo a golpes cuando me doy cuenta de ello.

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