-57-

472 129 4
                                    


FENRIR

Paso mis manos sobre mi cabello y enseguida oculto mi rostro en ellas mientras doy un profundo suspiro, levanto la mirada y observo la blanca pared de mi pequeña habitación, nuevamente estoy viviendo en Quesbo para no perder detalle de las investigaciones en contra de Marcél, ya no quisiera pertenecer a esta maldita agencia que si bien de niño me mantuvo a salvo, ahora me ha arrebatado lo más maravilloso que había tenido, el amor de mi pequeña, mi Camila.

Han pasado ya ocho meses que no veo a mi pequeña, el desespero acrecienta conforme el tiempo sigue transcurriendo y los analistas de la agencia han descartado la probabilidad que la encontremos con vida, me rehuso a creer que la mujer que amo este muerta, no puedo perder la esperanza y la buscaré de por vida de ser necesario.

Estuvimos a poco de atrapar a Marcél pero cuando supimos sobre su paradero ya era demasiado tarde, sólo encontramos el cuerpo sin vida de su mujer y de dos sus trabajadoras domésticas.

Los Prats han apoyado a la agencia, no sólo aportando grandes cantidades para la búsqueda de Marcél, sino, dándonos toda la información que pudiese llevarnos hasta a él, pero todo ha sido en vano, pareciera que al malnacido se lo ha tragado la tierra, vuelvo a suspirar y me tiro de espaldas sobre mi colchón, cierro los ojos.

Un par de golpes me fuerzan a no perderme en los recuerdos de mi hermosa Camila, me levanto y camino hacia la puerta para abrir. Fernando me da una mueca por sonrisa antes de pasar a mi lado para sentarse en el sofá a un costado de mi ventana.

—Me iré a Londres —me hace saber.

Camino de vuelta a mi cama y me acuesto cerrando los ojos nuevamente.

Después de que encontramos a Fernando con una bala en la cabeza y otra a la altura del hombro lo trajeron al hospital de Quesbo, la agencia no quizo que nada se supiera porque seguramente los medios entorpecerían aún más la búsqueda, le indujeron un coma después de extraerle las balas, su cerebro estaba demasiado inflamado y no creían que fuese a sobrevivir. Pero aquí está y sin una sola secuela considerable o que ponga en riesgo su vida, es un cabrón con suerte.

—Me alegra que te encuentres mejor —hablo sin abrir los ojos.

—Podrías venir conmigo, he hablado con mi abuelo. Lobo, sabes que te considero un hermano y...

—Deja de llamarme así y no iré a ningún lado hasta encontrar a mi pequeña —lo interrumpo, le escucho resoplar por la nariz.

—Sabes que las probabilidades de encontrarla son nulas, Fenrir, deberías de aceptar la realidad...

Aprieto los ojos y trago con dificultad intentando no romperme nuevamente, hemos cateado tantos lugares creyendo que encontraremos a Camila, al hijo de César y Marcus, pero lejos de ello sólo hemos conseguido encontrar cuerpos torturados hasta la muerte, sabemos que Marcél es un maniaco que goza de hacer daño, pero en mi interior hay una voz que me dicta que mi "pequeño mapache" aún está con vida y no descansare hasta encontrarla, no me importa que el mundo entero se rinda, yo jamás lo haré.

—Mejor cierra la puta boca, Fernando —lo interrumpo.

—Sé lo que se siente...

—¡No, no tienes ni puta idea de lo que se siente! —grito poniéndome de pie, llego hasta él, lo tomo por el cuello de la camisa obligándolo a ponerse de pie— ¡¿Crees que renunciar a Nina se le pueda parecer?, sabes que ella está bien, sabes que si tocas a su puerta y le dices que la amas se lanzará a tus brazos correspondiendo a tu amor! —grito sobre su cara, sonríe con dolor ante mis gritos y supuestos, me empuja liberándose de mi agarre.

VUELVE A MÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora