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FERKON

Sentí una inmensa rabia al ver a Pamela llegar, era algo que sabía que sucedería por ser la hijastra de mi tía pero jamás imaginé que se atrevería a dirigirme la palabra. Pero aún con el deseo estrangularla mi Cami me da paz, ella es como el suave susurro del viento calmando mi rencorosa alma. Escuchar que ella me quiere me hace sentir como el hombre más afortunado del universo.

Querer no es lo mismo que un "te amo", pero sé que debo ser paciente, no todos experimentamos los mismos sentimientos a la par, aunque sé que soy tan importante para ella como ella lo es para mí. Me siento sumamente feliz de tenerla conmigo.

—Ferkon, si no te quitas de encima las alas se me encarnarán en la espalda —habla con dificultad intentando apartarme, sonrío y me quito enseguida.

—¿Me quieres entonces? —cuestiono sentándome y atrayéndole hacia mí para que se siente a horcajadas sobre mis piernas, beso ligeramente sus labios.

—Sí, Ferkon —se acerca a mis labios y me besa—, pero ahora necesito que me aclares, ¿por qué tan arrebatador beso y por qué fuiste tan grosero con esa chica? —me ve seria y yo la estrujo mientras ella esconde su rostro en mi cuello.

—No tienes idea de la paz que me brindan tus labios —digo estrujándola—. Lo mucho que disfruto de cada uno de tus besos, no tienes idea de lo mucho que te necesito —la estrujo más fuerte.

—Las alas —se queja y la suelto para quitarle las dichosas alas, me sonríe— ¿Me dirás sobre tu hostilidad con Pa-me-la? —habla en monosílabos haciéndome sonreír de nuevo.

—Te prometo que hablaremos de eso después —acuno su rostro y pego mi frente a la suya.

Ella se aleja y trata de colocarse de pie, la sostengo por la cintura para evitarlo.

—Volvamos al jardín, no quiero que mis papás se den cuenta —habla tratando de quitar mis manos de su cintura e intentado colocarse de pie.

—Cami —la hago caer sobre la cama y la inmovilizo con mi cuerpo sobre el suyo—, no te enojes.

No puedo evitar sonreír al tenerla en esa posición y bajo mi petición, el pedirle que no se enoje es como pedirle al agua que no moje. Mi linda ojiazul es tan bravuconada que ya me he acostumbrado a lidiar con su difícil carácter, quién diría que yo sería tan tolerante con una chica, pero es que está chica, mi dulce Cami me trae loco por ella.

Mi hermosa novia me ha hecho conocer una parte de mí que jamás imaginé que existe.

—Empezaré a esquivar cada pregunta que me hagas, no soy idiota y sé que esa tipa y tú, tuvieron algo que ver, es más que obvio y si no me quieres aclarar nada, okay, solo déjame volver a la fiesta de Ferrell —sonrío por su usual ataque de celos.

—Amo tus celos —le doy un ligero beso que ella no corresponde—. Te amo, Cami —vuelvo a besarla sin obtener nada—. Escribe un texto a tu mami y dile que estamos en mi habitación viendo una película, así conversaremos —me ve seria y juego con sus labios hasta que logro corresponda a mis besos.

Me coloco de pie y la ayudo a levantarse, vuelvo a besarla pero sigue seria, es una orgullosa. Veo que teclea enviándole el texto a su madre y me siento sobre mi cama recargando mi cuerpo en el cabezal. Golpeo a mi costado indicándole que se quede a mi lado pero lejos de ello se cruza de brazos frente a mí.

VUELVE A MÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora