-29-

1.6K 305 21
                                    



Cuando llegamos a la casa de Leonora no puedo evitar dirigir mi mirada hacia la casa donde vivíamos con mis padres, el primer sitio al que llamaríamos hogar, y pensar que estuve tan feliz creyendo que por primera vez nos asentaríamos en un lugar, ojalá hubiésemos seguido como nómadas de un lugar a otro.

Jamás me imaginé que asentarnos en un lugar se convertiría en una tragedia.

—Te quedarás en mi casa, ya hemos preparado una habitación para ti y otra para Thiago pero él decidió quedarse en la habitación de Ferrell —me hace saber Leonora cuando bajamos de su camioneta ya estando en el garage.

Sonrío sabiendo que Thiago tiene a un leal amigo para acompañarlo y ahora yo también, al encontrarme por coincidencia a Danilo en el hospital. No me hubiese imaginado ni en un millón de años que el chico que me robó un beso terminaría siendo mi cobijo en el momento más difícil de mi vida.

—Gracias por todo, Leonora —articulo con una semisonrisa.

—Hija, ahora somos tu familia —me sonríe y la abrazo para llorar.

No quiero tener una nueva familia, pero agradezco que Leonora se haya convertido en amiga de mis padres y ahora no estar sola después de lo ocurrido, de no ser por ella mi hermanito y yo quizá estuviésemos en algún orfanato o a cargo del DIF.

—Vamos para que comas algo y después descanses —rodea mi hombro y nos adentramos a su casa por la puerta lateral que da a la cocina.

Al entrar veo a Thiago y Ferrell en la barra comiendo cereales mientras ríen con la boca llena. Sonrío al ver a mi hermanito, como quisiera ser una niña para que el dolor de la partida de mamá no fuese tan grande.

—¡Camiiiiiiiii! —grita saltando del taburete y corre hacia mí para abrazarme. Ferrell hace lo mismo, me coloco de cuclillas para abrazar a ambos— ¿Papá vino contigo? —me cuestiona emocionado viendo a mi espalda a la espera que mi padre haga aparición.

—Papá aún está en el hospital, hay que esperar a que se recupere —finjo una sonrisa tragándome mis lágrimas.

—Nunca veremos de nuevo a mamita, ¿verdad? —me cuestiona con la voz entristecida.

—Ella ahora sólo estará aquí y aquí —señalo su cabecita y su corazón—. Vivirá en nuestros recuerdos —un par de lágrimas se deslizan por mis mejillas.

—Que bueno que tú estás aquí —vuelve abrazarme.

—Ahora sí soy tu hermano —habla Ferrell casi en un grito—. Ya vivimos juntos, dormimos juntos, comemos juntos, iremos juntos al colegio; eres mi hermano. Franko y Ferkon, ya no están pero ahora tú y Cami son mis nuevos hermanos —abraza a Thiago.

Me coloco de pie para quedarme observándolos por un instante, no hay duda que los niños son menos susceptibles al dolor. Sonrío con un cierto grado de consuelo porque por lo menos Thiago superará todo lo ocurrido con más facilidad.

Leonora le ordena a la chica del servicio que me sirva algo de comer y doy un par de bocados por la fuerza, mi apetito es inexistente.

—Vamos a tu habitación, te das un baño para que descanses un poco —me sugiere Leonora cuando ve que sólo juego con la sopa.

—Debo ir por algo de ropa a mi casa —digo al colocarme de pie.

—Ya nos hemos encargado de traer todo lo que estaba en tu habitación y la de Thiago —me sonríe y yo agacho la mirada, ya no veré más a mamá.

VUELVE A MÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora