-18-

1.8K 282 14
                                    




Veo el coche de Ferkon al llegar al colegio, me siento fatal, pero no voy a permitirme faltar a clases sólo para no verle. Me mantengo estática por un breve instante tratando de no terminar llorando, no soy una chica débil y no empezaré a serlo por él cuando no vale la pena en lo absoluto.

Si me fuese posible retroceder el tiempo, lo haría para no cometer la estupidez de enamorarme de él, supe desde el primer momento que sería un patán, y me porté como una ilusa al creer en su falso cambio, en verdad que fui tan tonta.

—Cariño —me habla mi padre desde dentro del coche obligadamente a salir de mis pensamientos.

—¿Sí? —titubeo bajando la cabeza para verlo.

—¿Todo bien? —me fuerzo a sonreír y muevo la cabeza de arriba abajo—. Parecías perdida en tus pensamientos —me sonríe— ¿Quieres que venga por ti?

—Yo la llevaré —la voz de Ferkon a mi espalda hace que me coloque erguida y mi corazón se acelera.

—Me iré a casa de Monse, tengo algunas tareas pendientes. No te preocupes, papá —me adentro al coche para darle un beso de despedida.

Camino ignorando la presencia de Ferkon pero él no deja de caminar a mi par. No entiendo cómo se atreve a acercarse a mí después de lo que me hizo, es el sujeto más cínico que podría haber conocido.

—Debemos hablar —me pide sin lograr que lo vea—. Cami, te juro que todo tiene una explicación, si me das la oportunidad de decirte lo sucedido, comprenderás —camino más de prisa sin decir palabra— ¡Por favor, amor! —me toma por el brazo para detenerme. Cierro los ojos para no salir de mis casillas y terminarlo golpeando.

Mi corazón se encuentra destrozado pero no permitiré que él note el daño que a causado en mí. Levanto la mirada para verlo a los ojos.

Su mirada parece dolida, sabe fingir tan bien, pero no volveré a caer bajos sus engaños, no pretendo engañarme a mí misma fingiendo que creo en su supuesto amor.

—¡Suéltame! —finjo serenidad.

—Amor, tiene una explicación —insiste.

—Lo sé —mi voz se quiebra al notar las marcas en su cuello—. La explicación la veo claramente en tu cuello —le arrebato mi brazo y vuelvo a caminar.

—Mi vida —se coloca frente a mí, suspiro profundo—. Todo fue una trampa, entre Pamela y yo, no sucedió nada. Escúchame, te lo suplico —junta sus manos en señal de súplica y escucho el timbre sonar.

—Ferkon, si por culpa tuya llego tarde a mi clase te prometo que te odiaré aún más —le advierto.

—¡Cami, por favor. Déjame explicarte. Te amo, lo sabes! —se acerca a mí y acuna mi rostro.

Me quedo estática con las lágrimas a punto de aparecer. Odio tanto el ser tan tonta y permitirle a Ferkon que me siga dañando con su sola cercanía.

—Atrévete a tan sólo rozar mis labios y te juro que en tu vida volverás a verme —hablo con la voz a punto de romperse.

—Cami, perdóname. No puedo estar sin ti, mi vida —me abraza y me estruja tan fuerte que mis huesos producen un ligero chasquido— Dime que me escucharás, dime que conversaremos en el receso.

VUELVE A MÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora