Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!

El pasado

- Uff - Sin querer se quejó levemente cuando se quiso levantar.

Había olvidado todo hasta que sintió la piel desnuda de alguien más sobre la suya, era la sensación más placentera que le causaba, que sus pieles se rozaran y sus cuerpos chocaran no lo cambiaría por nada.

- Lisa - Le susurró con cuidado, pero ésta parecía piedra mientras dormía en su pecho, se quejó un poco, pues habían dormido juntas, pegadas, cuerpo contra cuerpo, Lisa no había salido de ella, aún sentía su miembro caliente dentro de ella, sonrió al sentirla, pero no podía estar más horas con su pene en su vagina, por lo cual decidió despertarla. Habían dormido como nunca, pero tenían que encargarse de algo, alguien, que parecía no haber llorado durante toda la noche, Kylie.

- Lisa - Acarició sus mejillas. - Lisa - La nombró, pero no recibía ni un movimiento. - Lili -

- No.... no quiero, mamá - Se quejó entre el sueño, causando una leve risita en Jennie, aunque tampoco le gustaba que nombrara a alguien que le causara tristeza.

- Lili, despierta - Suspiró al no conseguir nada, aunque después de varios segundos más tarde Lisa se comenzó a mover, primero sus manos restregándolas contra su rostro, después un bostezo, como final; respirar hondo para abrir sus ojos.

- Jennie, Jennie - Se levantó levemente, pero asustada, y cuando comprobó que estaba a su lado sonrió tranquila. - Lo siento - En el momento que se movió se quejó levemente al enterarse que durmió dentro de ella. No lo pudo creer, se sonrojó y se abrazó a ella. - P-Perdón -

- ¿Por qué? - Le preguntó con tranquilidad.

- Porque te debe de doler, porque toda la noche estuve así - Dijo lo obvio.

- Pero tú nunca me lastimas, Lili - Cuando se movió se arrepintió un poco, solo poco, de sus palabras; en el momento que Lisa trató de salir. - Ah, lo siento - Jadeó un poco.

- N-No hagas eso - La regañó.

- ¿Hacer qué, Lili? -

- No hagas tu cara de.... de... - Trataba de buscar el término. - De no sé - Se coloró, haciendo reír a Jennie, quien ya sabía que estaba haciendo muecas de placer al sentirla.

- Espera, creo que en realidad no quiero que salgas - Confesó, besando su mejilla. - Lili, tranquila. No tienes por qué ponerte nerviosa - Le daba ternura su sonrojo.

- ¿Te duele? - La castaña negó, y Lisa más tranquila le dio un corto beso a su hombro. - E-Es que si continuas nunca me harás parar - Conocía sus límites, pero cuando se trataba del cuerpo de Jennie no los conocía.

- Pues entonces nunca vamos a parar - Se mordió el labio divertida. - Nunca quiero que pares - Se levantó, con ayuda de Lisa, quien aún seguía en su interior, sabiendo que tendría una gran erección si Jennie seguía así.

- Bien - Hizo una mueca asustada.

- ¿Qué es lo qué pasa? - Levantó su mirada con su dedo.

- Es que es muy vergonzoso - Aceptó con un puchero. Realmente no hablaba de otra cosa más que de su miembro y la castaña entendía.

- Me gusta que seas así, Lisa - Besó sus labios de manera corta. - Eres más especial así, y no lo digo porque tu pene te diferencie y te haga diferente. No lo digo por eso, me... me haces sentir única cuando hacemos el amor -

- A mí también - Le sonrió, dejándose guiar por las manos de Jennie que hicieron cambiar el rol, quedándose esta vez abajó ella. Ver a la castaña encima de sus piernas con sus miembro adentro de su hendidura la hacían ponerlo extremadamente caliente.