Que seas tú

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- Estás temblando - Alargó su brazo para acariciar sus manos con cuidado.

- No, no me toques - Tomó distancia ante ella a más de un metro.

- Lisa - Murmuró mirando hacia abajo. - Mejor tomate el té - Suspiró.

- Qué tal si.... si le has puesto algo - Temerosa acercó la taza a sus labios.

- No - Aseguró. - Ahora tómatelo, que parece que estás muy nerviosa. ¿De mí? - Preguntó descaradamente.

- Sí - Admitió Lisa. - Yo, bueno.... yo me sorprendí de verte. Sabía que vivías en este vecindario, pero no creí encontrarme contigo tan... tan pronto. Ojalá no te hubiera visto -

- Lisa, yo sé que lo qué pasó antes, y la forma en la que lo hice no fue muy..... -

- Me engañaste, Sana - La cortó. - ¿La forma en la que no la hiciste bien? No sé qué más querías hacerme entonces - Lisa ya no sabía en quien refugiarse, para estas situaciones hubiera corrido a los brazos de la castaña, pero ahora que no la tenía, ¿qué le quedaba? Absolutamente nadie, ni nada.

- Sí, Lisa. Yo sé que te engañe, pero nunca te lo expliqué - Confesó.

- No me interesa, tú.... tú me engañaste y eso es lo que cuenta - Se atrevió a beber el té caliente que tenía en sus manos mientras la miraba. No decía nada, pues la misma Sana sabía que era la verdad. - Me iré cuando me termine el té - Le hizo saber.

- No importa, está bien. Tú puedes quedarte - Encogió sus hombros. - ¿Tú.... tú este tiempo has estado sola? - Preguntó con cautela.

- No.... digo sí - Lisa negó, ella misma confundiéndose. - He estado sola.... siempre lo estoy -

- ¿No tienes novia? - Fue al punto.

- No, conoces a mamá - No habían cruzado tantas palabras, pero sabía que Sana conocía a su madre, y también era un milagro que ésta no hubiera hecho algo para hacer que Sana la engañara y separarla de ella. - Pero yo.... yo aún así no quiero nada con ninguna mujer - Frunció la nariz del enojo.

- ¿Fue por lo que yo hice? - Sana se apuntó al pecho.

- No, yo.... yo... es por todas - Soltó. - Solo saben mentir, y nunca me quieren por como soy. S-Solo quieren otra cosa -

- Esta rico - Sonrío ladinamente Sana.

- ¿Qué está rico? ¿El té? Sí, esta rico. Temí.... yo temí que me dieras otra cosa - Tampoco sabía que hacía en la casa de alguien que le había mentido, y bebiendo algo que posiblemente contenía más que té.

- Nop - Negó divertida. - Yo habló de tu pene. Esta rico - Rió divertida cuando Lisa dejó la taza de té en la mesita de enfrente y se acomodó en el sillón tratando de no parecer nerviosa y sonrojada.

- No.... yo... la verdad.... ¿Tú estás con alguien? - Le salió preguntar con tal de olvidar aquel tema.

- Vivo sola, Lisa - Volteó para ver su casa. - No me interesa enamorarme de alguien, o tener la compañía de alguien para no estar sola, me gusta así -

- Mmm sí... me imagino, te gusta nada más jugar con la gente, ¿no? Como lo hiciste conmigo. ¿Las mujeres son así? ¿Todas son así? - Le preguntaba como si la "mujer" fuese un tema extraño de tratar del cual no tenía conocimiento alguno.

- ¿Entonces tú qué eres? No me preguntes, también eres mujer - Le recordó Sana con una girada de ojos.

- No, bueno yo.... n-no - Negó Lisa. - Una mujer es.... es una mujer - Se sonrojaba con sus propias palabras. - Yo no soy una mujer, podría.... mmm podría ser mitad mujer, tal vez -

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora