El saber nada

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- Lis, ¿Qué haces cuando te aburres? - Le preguntó.

- Yo... yo me duermo, y escucho música - Confesó Lisa.

- ¿Te incómoda que esté contigo? - Por fin se atrevió a preguntar. Pero Lisa negó inmediatamente sonriendo.

La castaña sabía que hoy pudo ser un día en el cual se sobrepasase, había estado todo el día con Lisa, el tiempo se le había pasado volando, lo admitía, quería más.
Estar mucho más tiempo con Lisa le hacía bien para su mente y cuerpo. La compañía de ella aún sin poder hacer nada le hacía mantener un calor en el pecho agradable.

Chasqueó la lengua no muy convencida de la respuesta de Lisa y tuvo que separarse de donde se encontraba recostada en su hombro.

- ¿Quieres ver alguna película? - Le preguntó sonriente.

- Yo... sí - Dijo sonriente Lisa. - Lo que sea esta bien -

- ¿Quieres cenar algo? - Jennie ya no sabía que preguntar. - Puedo... puedo prepararte lo que tú quieras, Lis -

- Jen - Rió un poco sonrojada. - Estoy bien sin hacer nada, yo.... yo estaría bien con que sólo estés... tú -

- Qué bien, Lis. Porque yo también - Se abalanzó hacia ella para poder abrazarla.

No sabía qué hacer cuando estaba con ella más que intentar demostrarle su cariño a Lisa, lo que el día anterior había pasado le había hecho saber que ella no se encontraba muy bien cuando se trataba de su "condición" que para Jennie en vez de verlo como algo extraño, lo veía como algo hermoso, pues realmente no le importaba como fuera Lisa mientras pudiese ser un ser humano que sintiera el amor que le brindaba.

- ¿Estarías enojada sino... te hubiera dicho la verdad? - Lisa se aferró a su cuerpo sin querer pensarlo.

- Tal vez - Dijo con un tono divertido mientras acariciaba su cabello. - Me alegra... me alegra mucho que hayas querido contarme todo, y me alegra también que tengas un pene entre las piernas - En verdad no sabía qué pasaba con ella misma, y ante su confesión soltó una carcajada por haber dicho aquello, se sintió avergonzada pero finalmente se rió.

- Jennie, no.... eso no.... eso no es bueno. No t-te puede alegrar eso.... ¿estás bien? - Cuando intentó separarse, Jennie se quejó y la atrajo nuevamente hacia su cuerpo con un poco de fuerza que hizo que cayera en el sofá, la castaña rió. Y Lisa comenzaba asustarse por su actitud.

- Perdón - Aceptó. - Perdón, Lis. Pero hoy es un gran día, ¿no crees? Hoy... lo es -

- Sí, lo es - Se recargó en su pecho suspirando. El olor de la castaña inundaba sus fosas nasales, y Lisa no precisamente quería inhalar su perfume, cuando se recargaba en su pecho, y se atrevía a pasar el brazo por su cintura, tenía grandes ganas de acariciar todo su cuerpo bajo la ropa, desnuda, sin ninguna prenda estorbándole, respirando el aroma de su piel, no el de su perfume. Hizo un puchero ante la situación, ella no podía estar con Jennie. Si ella la llegaba aceptar, claro está porque eran amigas, o eso creía ella, pero ya que quisiera hacer el amor con ella, uh, entre sus posibilidades Lisa creía que eran diminutas, sí, Jennie la aceptaba, pero la aceptaba como era porque ya varias veces se habían recalcado ese "amigas" Y las amigas hacen eso ¿no? Te aceptan como eres. Pero Lisa no estaba enterada de los pensamiento de la castaña.

Sabía que se habían confesado que se gustaban, se encantaban, se querían, y se deseaban. Pero para Lisa recordar que había alguien de por miedo (su novio) la hacía ponerse triste con ganas de llorar y querer alejarse de lo que tenía miedo; acabar completamente enamorada de ella, porque algo muy en su interior le decía que ya lo estaba haciendo.

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora