El placer

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- Diablos - Aferró su agarre a su cabello y jadeó fuerte. - Sí, así.... ¡Ah! - Se sorprendió cuando Lisa apretó su glúteo en una azote fuerte.

Jennie se encontraba en el centro de su habitación desnuda, tenía alguien bajo de ella desnuda, no sabía de donde sostenerse ya que Lisa estaba hincada lamiendo su centro sin necesidad de recargarse en nada más que de sus glúteos, que ya iban varias veces que los apretaba entre sus manos con fuerza mientras tiraba del clítoris de Jennie con sus dientes aún sin lastimarlo.

- Mierda.... ¡Manoban! - No le hablaba para nada con cariño, cuando sabía que Lisa la estaba tratando de una manera diferente. Desde que la había desnudado en su sofá, había entrado en ella, y salido, que hasta juraba perder la noción, ésta parecía no detenerse.

La había llevado a su recámara, y Jennie juró que algo la había poseído.
Pero para Lisa, de solo imaginarse en esa habitación a Jennie con otro la hacía despertar lo desconocido, realmente estaba cegada, no se daba cuenta de como la estaba tratando, no llegaba a ser tan brusca, pero sí la llegaba a lastimar.

Cuando introdujó un dedo en su hendidura, eso le bastó a Jennie para llegar en nuevo orgasmo que nuevamente terminó bebiéndose Lisa, no la dejaba siquiera respirar, en ningún segundo.

La aventó hacia la cama con brusquedad que la hizo hasta rebotar en el colchón como si la hubiera empujado. Jennie aún seguía aturdida por el orgasmo anterior, pero como digo, Lisa no la dejaba siquiera respirar.
Se quedó en el borde de la cama observando cómo Jennie echaba su cabeza hacia atrás respirando con dificultad, se le hizo agua a la boca tener una imagen extensa de todo su cuerpo desnudo, de su centro húmedo, y de cómo separaba las piernas clavando los talones con fuerza en la cama. Lisa se subió encima de ella aún sin aplastarla y con desesperación introduciendo el glande de su pene en el centro de la castaña.

- Humm.... - Gimoteó Jennie al ver cómo lo único que hacía era adentrar su miembro hasta la mitad torturándola y solo ella disfrutando. - Mierda, hazlo, hazlo, Lisa. Hazlo con ganas, Manoban, hazlo como jamás lo has hecho - Agarró su rostro con fuerza entre sus manos mientras le decía.

- Jennie - Cerró los ojos con fuerza creyendo que con sus simples palabras se vendría a mares. La sujetó fuerte de su cintura y la hizo voltear hasta sentarla en su regazo, la castaña jadeó sorprendentemente cuando se dejó caer en el miembro duro, grande y caliente de Lisa. Se escondió en su cuello y mordió su piel al sentir su pene tan dentro de ella.

La castaña jadeaba constantemente cuando sentía como Lisa pellizcaba sus pezones con fuerza, quien la hizo separarse de su cuello y la observó profundamente a los ojos, sus ojos de gatos no podrían desprender más fuego y pasión del cual se podía ver, su boca entreabierta hizo que de repente se diera cuenta que no se encontraba en sus cinco sentidos, se acercó con cuidado a sus labios rojizos y los acarició con cuidado para después besarla y llevar sus manos a sus pechos, amasando su piel entre sus manos haciéndola jadear entrecortadas veces en su boca.

- Jennie - Se dejó llevar por las caricias que la castaña le daba a su cuerpo, tanto como a su rostro cuando la besaba y a su espalda desnuda hasta llegar a sus pequeños pechos y acariciarlos con las yemas de su dedos. - Yo te amo - Soltó, sin saber si era por el momento en que su corazón latía por la excitación, o si era por la calidez que sentía de las dos cosas.

Jennie dejó de besarla y detuvo sus caricias, se pudo observar como su mandíbula se tensaba y su mirada la penetraba por dentro.

- ¿No dirás nada? - Preguntó Lisa neutra.

- Ámame - Fue lo que dijo, para después volver a juntar sus labios apasionadamente. - Que yo lo hago también - Le susurró cerca de su boca. Cerró los ojos cuando Lisa bajó a morder su cuello y echó la cabeza para atrás dándole un mejor espacio.

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora