Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!

¡Bésala!

- ¿Y cocinas bien? - Siguió interrogándola. - ¿Haces la limpieza tú? Deberías contratar a alguien, podemos darnos muchas cosas más con nuestro dinero, pero no, tú pareces una persona cualquiera -

- Lo soy - La miraba con semblante cansado. - Soy una persona cualquiera, nada de mí me diferencia a los demás -

- Claro que sí, tú pene - Soltó una risita. - Las personas cualquiera que son mujeres no tienen pene. Ah..... - Recordó mientras examinaba todo de arriba abajo. - Tenemos demasiado dinero, claro. Eso también, eso nos hace diferenciarnos entre la gente. Y también....

- ¿Mamá, te gusta vivir sola? - Lisa la interrumpió viendo como volteaba a verla con el ceño fruncido.

- ¿Lalisa a ti te gusta vivir con un pene? - Su contestación en pregunta había hecho herir a Lisa, pero era algo a lo que ya estaba acostumbrada.

- Pues no...... no, pero no puedo hacer nada. Así nací y ya - Encogió los hombros mientras jugaba con la manzana que tenía en sus manos.

- Sí, así naciste y ya, lamentablemente - Giró los ojos.

- ¿En qué te afecta que sea así? Después de todo fuiste tú quien me "creaste" - Soltó Lisa observándola desde la isla de su cocina. - ¿En qué te afecta si solo me haces esconderme? ¿Crees que...... que alguien realmente me conocí así? - Señaló su entrepierna. - ¿En qué? ¿En qué? -

- Lisa, deja de hablarme así - Caminó a ella desafiante. - ¿Qué es lo que te hace hacerlo? -

- Tú - Respondió. - Tú..... tú misma me haces hacerlo porque ya me canse, algún día me quitaré los pantalones junto con los bóxers y correré por todas las calles mientras le muestro al mundo mi grande poder - Hizo movimientos con su cadera divertidos. - Después lo gritaré y diré que mi madre es una..... - ¡Pass! El sonido de la bofetada que su madre le regaló hizo que se callara al instante. Se tocó su mejilla y la observó con odio, mientras su madre solo se dedicaba a observarla con furia. - Te odio - Cosa que ya sabía, ni le sorprendía a lo grande ni a lo poco. 

- ¿Qué es lo que te pasa, Lalisa? Tú no eres así, que mierda te pasa para faltar el respeto de esa manera. No te queda claro que no puedes mostrar esto porque es feo - Emma apuntó al centro de su hija.

- Pierdes el tiempo aquí, Emma. Vete - Lisa seguía con la furia por dentro intentándola controlar. Jamás había tenido un momento de paz con su madre, siquiera solía llamarle "mamá" cuando estaba con ella. - Sí, gracias eh. Todo es muy lindo. La zona es linda. La casa es linda. Estoy muuuuy bien y nadie sabe que vivo en realidad con mi mejor amigo - Caminó hacia la puerta enfurecida. - Adiós, adiós - Volteó hacia atrás y encontró a su madre girando los ojos.

- Bien, como sea. Acostúmbrate a lo que se puede y no a lo que se quiere - Agarró su bolso y salió inmediatamente sin dejar algún "beso" de despedida a su hija o algún " te quiero". Siempre era así.

- Mierda - Lisa se llevó las manos a la mejilla y la sobó sin saber por qué necesitaba sentir las yemas de Jennie acariciando su adolorido pómulo. - No me tiene que decir que es feo, ya lo sé - Comenzó a pensar en alto mientras se dirigía a la vitrina y sacaba una botella de alcohol. Tomó una copa de donde mismo y sirvió hasta más no poder. - Es horrendo. De echo - Regresó a la sala y se tumbó mientras sacaba una cajetilla de cigarros y encendía uno con el mechero que se encontraba en la mesita de enfrente. - Ah - Aspiro el caliente humo y bebió un sorbo de su copa. - Algún día me lo arrancaré - Siguió. - Con una cierra o yo misma me someteré a una cirugía. "¡Lalisa, la doctora ha comenzado con la cirugía!" "¡¿Pero a quien va a operar si está sola en el quirófano!?" ¡Pues a mi misma! - Gritó a lo alto para después darle un trago a su vaso. - ¡Se quitará el pené que tiene entre las patas! - Dio una patada al aire y después sin querer se le salió una lágrima.