Querer querernos

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Realmente no supo qué hacer más que entrar al baño enseguida avergonzada.

- Ay no, ay no, ay no - Lisa no sabía qué decir más que aquello, sentía que el corazón se le iba a salir del pecho debido al pulso excesivamente rápido.

Jennie intentó reaccionar, pero en su mente no entendía nada de lo que estaba pasando, no entendió.

Lo primero que hizo fue caminar un tanto nerviosa hacia la puerta del baño donde Lisa se había escondido. Había estado varios segundos ahí perdida pensando en qué decirle, no sabía cómo reaccionar, no sabía nada, ella nunca pensó que Lisa escondiera un secreto como aquel, un secretote.

Suspiró y cerró sus ojos por unos segundos.

- ¿Lisa? ¿Puedes salir de ahí... por... por favor? - Resonó con sus nudillos varias veces. Pero no escuchaba ninguna contestación, y aquello solo le asustaba.

Pero en cambio, a Lisa le asustaba que hasta su respiración se pudiese escuchar, sabía que era tan fuerte.

- ¿Lisa? - Volvió a intentar Jennie. - Esta bien.... si no abres yo abriré a la fuerza, o le dire a Jisoo que venga por ti - Cuando se dio cuenta que la estaba presionando, lo primero que hizo fue aclarar su mente y exhalar. - No te juzgaré, vamos hablar -

- Me..... me da vergüenza - Le hizo saber con voz débil.

- Lis, no vengo a juzgarte. No entiendo realmente qué está pasando - Le confesó. - Pero quiero, necesito, que me lo cuentes - Le decía aún con una puerta de por medio.

- N-No, ya no querrás verme después - Lisa se llevó las manos al cabello húmedo sin saber qué hacer, siquiera pudo vestirse con algo y cubrirlo, no pudo, no pudo hacer nada. Y se regañó por hacer eso siempre después de ducharse.

- Quiero verte, ahora, mañana, el día siguiente, siempre, todos los días. No importa, pero quiero me que digas - La castaña necesitaba explicaciones.

- No puedo - Se quejó Lisa. Se lavó la cara con cuidado intentando pensar que todo iba a estar bien. Se dio cuenta que Jennie no estaba reaccionando tan mal a pesar de haberlo sabido de golpe, pero no la estaba viendo a los ojos, y eso era lo que le interesaba, verla y saber si le estaba mintiendo.

No supo qué hacer más que cubrirse el cuerpo semidesnudo con una delgada bata blanca. Con las manos temblorosas abrió la perilla de la puerta aún con la vergüenza en ella.

- Hola - Dijo con el rostro carmesí, y desviando un poco la mirada de los ojos de Jennie que parecían atravesar su alma. - Yo..... yo perdón -

- ¿Por qué, Lis? - Le preguntó con voz dulce.

- Pues porque..... porque yo te dije que era algo raro - Levantó la mirada apenada hacia ella, pero le tranquilizó al menos saber que la castaña la miraba con ojos dulces. - Yo... entenderé si te causo incomodidad -

- Okey, Lis - Caminó un poco por la habitación para que Lisa no se sintiera tan nerviosa ante su cercanía. - Sé que mi cara no fue.... fue la mejor reacción, pero entonces dime... explícame - Finalizó. La castaña realmente no la estaba juzgando, aunque ésta no entendiera muy bien la cosa grande que había visto entre sus piernas.

- Y-Yo.... - Lisa fue a sentarse nerviosa a su cama sin saber como explicar algo tan vergonzoso. - Yo te iba a decir, no quería que..... que pensaras que esa vez te rechacé porque no quería estar contigo - Le hizo saber. Haciendo que no se pudiera escuchar, pero Jennie había soltado un gran suspiro.

- Esta bien, Lili - Se acercó a ella para sentarse a su lado y acarició su mano, haciendo que Lisa se pusiera aún más nerviosa. - Pero... - Tragó saliva. - ¿Es tu.... tu pene? - Dijo con cuidado intentando no sonar grosera.

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora