Loca por ti

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- ¿Segura que estás bien? - Subió su ceja derecha. - Tú no eres así -

- ¿Te molestó entonces? - Jennie se volteó para verlo.

- No, obvio no. Es solo que... tú no eres así - Volvió a decir.

- No pasa nada - Levantó los hombros Jennie. - En verdad -

- Está bien, Jen. Yo te creo - Sehun le dio un beso a su espalda desnuda y se levantó. - Me tengo que ir -

- Sí, está bien. Cuídate, adiós - Jennie siquiera logró voltear para darle su despedida, Sehun esperó algo más, pero respetando su espacio, decidió mejor irse sin decir algo más.

Para cuando la castaña escuchó absoluto silencio, suspiró tan exageradamente que hasta llegó a pensar que su perro la había escuchado cuando éste entró por su puerta de la habitación.

Se quedaron mirando entre ellos perdidos, y volvió a exhalar.

- No sé qué me pasa - Aceptó, contándole a su mascota. - ¿Y tú? - Negó divertida por estar esperando una contestación que no llegaría, su perro tan solo soltó una ladrido y fue todo. Jennie sonriente acarició su pelaje y se levantó para tomar una bata delgada blanca del perchero y cubrir su cuerpo para adentrarse en la ducha.

Cuando salió de ella, se volvió a tirar en la cama sin ganas de nada, al parecer hoy tampoco iría a trabajar, aparte de que no tenía ganas, no quería ver el rostro de perro bulldog de su padre.

- No sé qué me pasa - Repitió sus anteriores palabras.

No quería solucionar sus problemas con sexo, pero anoche las palabras no tenían absolutamente remedio. ¿Quién la entendería? Llegaba a pensar que necesitaba a Sehun solo por el hecho de pensar en alguien que no era él, y creía que seguía aquel patrón. Pero estaba cansada de pensamientos que decían una cosa y otros que decían lo contrario.

Se comenzó arreglar, pues aquello siempre la hacía sentir mejor aún sin hacer algo importante hoy. Se fue directo a su armario de donde sacó un vestido negro Chanel discreto, se maquilló ligeramente, como siempre lo hacía, se puso sus tacones, típicos, entre todos sus pares buscó algunos que le convencieran y terminó decidida.

Lo único siguiente que fue hacer es revisar algún correo en su celular. Decidió llamar a su secretaria para arreglar cualquier problema que pudiese tener por faltar, y fue lo único.

Se fue a la cocina para tomar jugo y abrió un poco la ventana para respirar aire limpio, se detuvo al ver a su madre en la entrada de su garaje platicando tan tranquila con alguien que no dejaba muy bien al asecho su vista.

Salió inmediatamente para saber quién había causado aquel retraso en su madre y no, no comprendió nada.

- ¿Mamá? - La llamó Jennie.

- Ah, hola, hija. Quería encontrarte yo, no que tú me encontrarás - Rió nerviosa.

- ¿Lisa? - Su vista se enfocó en ella, y como por arte de magia se formó una sonrisa en ella. - ¿Y.... -

- Oh, hola. Yo.... yo me llamo John, soy el padre de Lisa - Le hizo saber aquella persona que hasta ahora no sabía lo importante que era.

- Yo soy.... -

- Ella es Jennie - Lisa suspiró tan fuerte que inmediatamente obtuvo la atención de los presentes, no se diga de su padre. - Sí, ella.... ella es Jennie, papá - Se sonrojó.

Caímos en la tentación // Jenlisa ¡GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora